Apenas asomaba la década de los 90, el pueblo estaba tranquilo… no pasaba nada.
O al menos eso parecía, porque de por acá… pocas noticias había.
Solo se hacía un poco de barullo cuando se arrimaban las elecciones, mitines políticos, promesas de todos lados… y después, todo volvía a la calma.
Corría el otoño de 1991, un joven inquieto quería sumar alguna actividad paralela a su pasión de correr atrás de la pelota, que por entonces tenía algunos vaivenes.