El resultado de ida sin dudas que marcó la serie a favor de la azulgrana, ganar 3 a 2 en el Goyenola, y de la forma en que se desencadenó el resultado, dio confianza y tranquilidad para cerrar la llave en casa y con el público que acompañó en gran número a pesar de la noche fresca que se vivió en el reducto canario.
Algunas variantes con respecto a el partido de ida, la vuelta de Junior Vidal en la zaga luego de su suspensión por acumulación de amarillas, el ingreso de Butti al medio campo por Diego Perdomo y la salida del atacante Iván Pailós para adelantar a Jonathan Gallardo y darle ingreso a Marcelo Banuchi que trabajaría en la contención con Gonzalo Butti formando así un sistema de juego 4-2-3-1. El encuentro comenzó reñido, mucha paridad y fuerza física en el medio campo, un tanto más claro el local pero sin generar demasiado riesgo sobre el arco de Jonathan Vaz. Por su parte la visita intentaba con remates de media distancia sin mucha elaboración de juego para sus puntas que jugaban de espaldas al arco bien controlados por la defensa canaria sin embargo en una mala salida del local fue aprovechada por Gonzalo Colman que tuvo en sus pies la apertura del score luego de definir de buena forma ante el achique de Rodrigo Olivera, pero Junior Vidal bien posicionado pudo restar el balón de la línea y salvar a Canelones de estar en desventaja. Pocos minutos después desbordó por derecha Jonathan Gallardo, una de las figuras de Canelones en la final por su velocidad y potencia en el uno contra uno, enloqueció a su marcador y luego de varios enganches puso un balón medido para el ingreso centellante de Matías Trasantes que llegó al área rival como un delantero y definió de derecha para dejar sin asunto al golero visitante. Momento fundamental del cotejo, la visita sintió el impacto del gol y Canelones encontró la confianza que faltaba para manejar definitivamente las acciones, los tres volantes ofensivos (Torres-Ferrero-Gallardo) se encontraron y su juego asociado comenzó a perturbar a los volantes y defensas del rival que no encontraban solución para detener los embates canarios. Gonzalo Butti purificó la salida del fondo y los laterales comenzaron a desbordar con mayor fluidez a la visita que no encontraba el eje del juego.
En el complemento Tacuarembó salió a buscar el empate desde el comienzo con el uso desmedido de la fuerza, cometiendo muchas faltas y abusando del pelotazo para Colman y Siqueira. En el minuto 53´ del cotejo luego de una falta a Marcelo Banuchi se dieron una serie de forcejeos, empujones y manotazos en los que el árbitro Sotelo de regular actuación en la gran final miró con mucha atención, unos minutos más tardes luego de que se calmaron los ánimos expulsó a Matías Trasantes por Canelones y Octavio Siqueira por Tacuarembó. Treinta minutos finales que mostraron a los dirigidos por Parolín aprovechando al máximo los espacios de contragolpe y a los dirigidos por Duarte mandar pelotazos al área canaria en busca de algún cabezazo salvador. La azulgrana desperdició varias oportunidades fallando en el puntillazo final que le hubiera dado mayor tranquilidad para cerrar el encuentro aunque la visita en ningún momento le generó zozobras además de jugar con nueve hombres los quince minutos finales por la correcta expulsión del volante Julio Almeida. Pitido final de Sotelo, festejo desenfrenado en filas canarias que dieron rienda suelta a la algarabía contenida para festejar un merecido torneo, no solo por lo hecho en la llave final ante Tacuarembó sino por el camino recorrido a lo largo del campeonato, con altibajos en los primeros encuentros pero luego solidificando una idea de juego que se fue plasmando en el correr de los partidos a medida que las individualidades fueron creciendo en su nivel tanto físico como futbolístico para superar a los rivales con creces. Una selección en la que juegue quien juegue estaba claro que era lo que debía hacer y eso quedó demostrado en cancha cuando el equipo sufrió alguna ausencia. Canelones se quedó con la 14º Copa Nacional de Selecciones y es más que merecido por el trabajo plasmado en el campo de juego, un estilo de vivir y de practicar el fútbol que el entrenador inculcó en sus jugadores y que esos mismos jugadores creyeron y llevaron a cabo a lo largo de estos tres meses de competencia, desde aquel lejano 14 de enero cuando en San José emprendían el viaje de forma oficial para ser los nuevos monarcas del interior luego de 46 años.
Canelones 1 – Tacuarembó 0
Estadio: Eduardo Martínez Monegal.
Árbitros: Carlos Sotelo, Silvio Rissotto y Ruben Burroso.
Espectadores: 2800.
Resultado de ida: Tacuarembó 2 – Canelones 3
Canelones: Rodrigo Olivera, Matías Trasantes, Junior Vidal, Sebastián Bentancor, Andrés Quatrini, Marcelo Banuchi, Gonzalo Butti (Pablo Cáceres), Diego Torres, Gastón Ferrero (Diego Perdomo), Jonathan Gallardo, Joaquín Irazoqui (Ruber Guerra). DT. Paolo Parolín.
Tacuarembó: Jonathan Vaz, Esteban Bentos, Sebastián Cuello, Walter Pereira, Ramiro Estevez (Ramiro Ramos), Julio Almeida, Luis Ney Pintado, Jonathan De Los Santos, Juan Franchi (Sebastián García), Gonzalo Colman (Sebastián Sánchez), Octavio Siqueira. DT. Armando Duarte.
Gol: 29´ Matías Trasantes (C).
Expulsados: 58´ Matías Trasantes (C), 58´ Octavio Siqueira (T) y 75´ Julio Almeida (T).
Por Gonzalo Fontana / Fotos: Jorge Peraza.-