Desde su inauguración en el año 1994 han pasado por el centro más de mil niños y niños de los cuales algunos de ellos hoy son padres de familia e incluso sus hijos concurren allí. Actualmente el centro atiende a 130 niños y niñas de 0 a 3 años que son atendidos por un equipo multidisciplinario donde reciben desayuno, almuerzo y merienda, elaborados con calidad y amor por el personal especializado.
En los días previos a la celebración de su cuarto de siglo visitamos el centro para dialogar con Estela Lallana, Miriam Garro, Gabriela Martínez, Sandra Cuello y Andrés Quatrini, integrantes del equipo de trabajo.
P.al Día- ¿Qué recuerdos tienen de cómo se formó el centro en 1994?
Miriam Garro- La cooperativa COMACA se formó dos años antes para gestionar lo que era el colegio Santa Teresita en aquel momento pero ya se veía la necesidad de que la mujer saliera a trabajar porque se avecinaba la crisis económica y con el colegio no se cubría el horario que las mamás necesitaban, además de no poder sostener la cuota. Fue así que el obispo nos dice que tenía una amiga de la infancia que nos podía ayudar en el tema económico para poder sostener el colegio. Nosotros salimos rumbo a Montevideo con una dirección y con un nombre y cuando llegamos estábamos en la puerta del entonces INAME y no entendíamos que hacíamos ahí; resultó ser que la amiga del obispo era la directora del instituto en ese momento, quien nos explica que la solución podía ser firmar un convenio para subvencionar determinada cantidad de niños y así lograr atender la población pero no era tan fácil, nos mandó de deberes que censáramos la comunidad y debíamos lograr que haya 100 niños o más entre 0 y 5 años. Hicimos los deberes, censamos la población, llenamos las fichas correspondientes, así fue que empezamos a caminar y en agosto de 1994 logramos firmar el convenio y comenzamos a funcionar en el local del colegio con 30 niños de 0 a 5 años, dónde seguía funcionando Primaria; recuerdo que estábamos hasta 9 y 10 horas abiertos porque las madres comenzaron a trabajar en las quintas y estábamos muy orgullosas de eso. Fuimos el CAIF Nº 101, días antes se había inaugurado el Nº 100 en Vista Linda y después en Obelisco.
Esta señora nos dijo además que si hacíamos bien los deberes tenía otra propuesta para niños en edad escolar; fue así que fuimos al año y comenzamos las tratativas para crear un Club del Niño y atender esa población porque la necesidad de las madres también abarcaba esa edad y a partir del año 96, dos años después de creado el CAIF, se logra el convenio para el Club del Niño con atención a contra horario escolar, todavía en el otro local (ex Colegio Santa Teresita).
P.al Día- Si bien comenzaron con el tema de la infancia paralelamente se empezó a trabajar para satisfacer la necesidad de vivienda que presentaban las madres de la zona, ¿no es así?
Miriam Garro- Así es, comenzamos a ver la necesidad de mamás jefas de hogar que no conseguían trabajo en las quintas porque no le daban vivienda, censamos esas madres y eran varias, por lo que empezamos a ver qué opciones de vivienda eran acordes hasta que llegamos a MEVIR. Fueron varios censos, reuniones, recorridas, pero la comunidad siempre respondió muy bien.
P.al Día- ¿Cuántos integrantes de aquella época aun permanecen en el equipo de trabajo de CAIF Caritas?
Miriam Garro- Cecilia, Andrea, Gabriela, Cristina, Estela y yo somos las que empezamos desde el colegio.
P.al Día- Y de la mano del plan MEVIR surge la construcción del local propio…
Miriam Garro- Sí, desde el MVOTMA nos preguntan que más necesitábamos además de la vivienda y le dijimos que precisábamos un local porque el que teníamos no era acorde, vivíamos haciendo mantenimiento y era de nunca acabar y nos dijeron que nos podían ayudar con eso. MEVIR nos dice que si conseguíamos el dinero con el ministerio ellos lo construían pero para ellos fue todo un desafío en ese sentido porque si bien habían hecho policlínicas o salones comunales nunca habían construido un centro educativo por lo fue el primero que construyeron y así comenzamos otro proceso de gestación, el dinero salió desde el ministerio y se logró conjuntamente tener el local que se inauguró en el año 1999. Asimismo cuando se comienza a construir el segundo plan de MEVIR se pide la también la construcción del Club del Niño lo cual sí nos constó mucho más conseguir el dinero.
P.al Día- Qué significa para vos el haber sido parte de este centro durante prácticamente toda tu vida…
Andrés Quatrini- Una alegría tremenda porque algunos de los que me cuidaban cuando era un bebé hoy son compañeros míos y más allá de que hoy sea mi trabajo hay otros lazos afectivos que nos unen. Estoy contento de pertenecer a este equipo y poder devolver un poco de lo que alguna vez me dieron a mí también.
P.al Día- ¿Qué recuerdos tenés de aquella época?
Andrés Quatrini- Del CAIF muy poco, del Club del Niño si bien no venía diariamente compartí muchos campamentos a través de invitaciones a las Termas de Guaviyú; son momentos imborrables que uno vive de niño y que te marcan para toda la vida.
“CAIF Caritas tiene un reconocimiento al trabajo no solo en la primera infancia sino también en la comunidad…”
P.al Día- ¿Cómo ha impactado en la comunidad el trabajo del CAIF?
Sandra Cuello- Nosotros decimos que CAIF Caritas es como la marca registrada ya que para cualquier cosa que surja dentro de la comunidad las instituciones buscan el apoyo del CAIF y eso no enorgullece y es como un reconocimiento al trabajo no solo en la primera infancia sino también en la comunidad, incluso nos pasa muchas veces que cuando nombran Club del Niño en seguida lo asocian con CAIF “Caritas”.
P.al Día- También están gestionando el CAIF “Newen” que está ubicado en Canelones…
Sandra Cuello- Sí, en el año ´92 INAU proyecta abrir otro centro CAIF en Canelones y dado nuestros años de trabajo nos proponen presentarnos al llamado para gestionar ese centro, aceptamos el desafío y hoy es otro componente de la familia como decimos nosotros que surgió hace 6 años.
P.al Día- ¿Por qué decidieron aceptar ese desafío?
Sandra Cuello- Más que nada por una cuestión de renovar energías porque uno venía desde hace años trabajando y siendo referencia en Juanicó y hacerlo en otra comunidad diferente era un desafío. De hecho cuando se nos adjudica el centro buscamos ponerle un nombre que estuviera relacionado con esa cuestión de renovación de energía y ahí surge el nombre Newen que es de origen mapuche y significa fuerza y energía.
Y realmente hemos encontrado esa renovación de energía tanto así que este año nos hemos prendido a todos los proyectos que han surgido desde Plan CAIF, desde el INAU, de cooperativismo y hemos sido centro de referencia para otras cuestiones que tienen que ver con educación.
P.al Día- ¿Cuáles son esos proyectos en los que han incursionado?
Estela Lallana- En el Club del Niño este año se está trabajando en el cumplimiento de los derechos y deberes de los niños, el derecho a la participación, a la salud, a la identidad y en ese marco los niños comenzaron a descubrir que Juanicó no tenía una cartelería que le de visibilidad e identidad al lugar y ahí surge el proyecto de las letras corpóreas para Juanicó, lo presentaron en la Junta Departamental, en la Coordinadora de Instituciones y hoy la comunidad está apoyando este proyecto porque es muy costoso; la idea es que cuando se inaugure el tercer plan de MEVIR se puedan también inaugurar esas letras corpóreas.
Este proyecto también lo presentamos en el Participando-Ando que es el segundo año consecutivo que lo ganamos con el Club Del Niño y ese dinero se va a volcar para poder concretarlo. El año pasado el proyecto presentado fue sobre la placita porque con el tercer plan de MEVIR perdimos el espacio que teníamos, nos cedieron otros y tuvimos que acondicionarlo y esos dineros del proyecto que ganamos fueron destinados con ese fin.
P.al Día- ¿Cuántos niños, niñas y adolescentes atienden actualmente?
Sandra Cuello- Por convenio son 130 en CAIF “Caritas”, 130 en “Newen” y 80 en el Club del Niño pero en realidad estamos atendiendo 135 en Juanicó y 147 en Canelones porque hay mucha demanda; además tenemos niños y niñas en lista de espera.
P.al Día- ¿Se han hecho las gestiones correspondientes para poder aumentar ese convenio?
Sandra Cuello- Sí, en el caso del Club del Niño tenemos un pedido de aumento de convenio por 10 cupos más ya que tenemos un convenio por 70 y en realidad estamos atendiendo 80 pero desde INAU nos respondieron que no hay rubros.
En lo que respecta a CAIF “Caritas” estamos pidiendo un cambio de estructura organizativa pero al momento no hemos tenido respuesta.
P.al Día- ¿Cómo es el régimen de horarios y qué franjas horarias se atienden?
Miriam Garro- En CAIF se trabaja de 8 a 16 horas con grupos en la mañana y en la tarde donde se les sirve el desayuno, la colación, el almuerzo, la colación y la merienda. Además atendemos a bebés en los talleres de experiencias oportunas que son semanales donde vienen con un referente familiar.
En el año ´99 cuando nosotros nos estábamos mudando para acá surge este proyecto que es un lugar para crecer y aprender jugando que tiene que ver con la psicomotricidad, trabajar todo lo que tenía que ver con pautas de crianzas y apoyar a las madres adolecentes en esa etapa. A nivel de Uruguay eran solo 12 centros CAIF que lo comenzaron a implementar y Juanicó era uno de ellos, cuya sala se inaugura junto con el CAIF. Fue un éxito que se siguió replicando en otros centros y somos modelo en ese sentido ya que no existe en otros países y eso está bueno resaltarlo porque queda muy oculto el trabajo que se está haciendo en la primera infancia en forma gratuita con equipos técnicos multidisciplinarios y capacitados, desde el educador hasta los auxiliares de servicio.
Estela Lallana- En el Club del Niño se atienden niños de 5 a 12 años a contrahorario escolar de lunes a viernes donde se les brinda desayuno, almuerzo y merienda; y todo el tema de talleres.
Nos queda una franja sin atención que son los niños de 4 años que venimos luchando hace mucho tiempo pero por ahora no hemos tenido una respuesta favorable.
Igualmente nosotros atendemos un grupo muy reducido fuera de convenio.
“Trabajamos en forma de talleres, ciencia, música, plástica, tienen un espacio de juego al aire libre y su desarrollo se va haciendo muy natural…”
P.al Día- ¿Cómo es la dinámica de trabajo?
Gabriela Martínez- Trabajamos en forma de talleres, ciencia, música, plástica, tienen un espacio de juego al aire libre y su desarrollo se va haciendo muy natural dentro del centro y día a día vemos los avances de cada uno.
P.al Día- ¿Cómo ha sido la evolución de los niños con respecto a hace 20 años atrás?
Sandra Cuello- Hoy en día está todo el tema de los avances en la tecnología que tiene sus pro como también sus contra como por ejemplo el tema de las pantallas es algo que nos está preocupando mucho, los niños de la generación de Andrés tenían otro tipo de juegos que implicaban más libertad y creatividad y no existía el aburrimiento, ahora demandan actividad tras actividad porque no toleran el estar creando.
Andrés Quatrini- Yo que trabajo con ellos desde lo corporal uno ve esa impaciencia constante ya sea a la hora del almuerzo, cuando tenés que plantear una actividad, esa necesidad de querer hacer algo ya sin disfrutarlo, lo hacen durante un rato y ya quieren algo nuevo, lo que hace que se pierda el disfrute propio de las actividades, en mi caso trato de realizar talleres de recreación o atletismo desde el punto de vista lúdico tratando de revalorizar el disfrutar de actividades al aire libre, salir de lo que son las pantallas, sí usarlas porque también son importantes pero sabiendo que también hay otras formas de diversión.
P.al Día- ¿Cómo se compone el equipo de trabajo?
Miriam Garro- Están los educadores que tienen un rol muy importante porque son los que están día a día con los niños, la cocinera y la auxiliar de cocina, auxiliares de limpieza, maestras, trabajador social, psicólogo, psicomotricista y los gestores que están en la administración.
Además de atender a los niños y niñas también hay un fuerte trabajo con las familias a través de talleres, entrevistas, evaluaciones.
P.al Día- ¿Cuál es la mayor recompensa que tiene este trabajo?
Estela Lallana- La mayor recompensa es que cuando ellos egresan nos siguen visitando y se sigue manteniendo ese vínculo, vienen a mostrarnos el carné del liceo, o vienen a almorzar con nosotros y eso está muy bueno.
Sandra Cuello- Además hoy tenemos varios ex alumnos nuestros que traen a sus hijos acá.
P.al Día- ¿Actualmente están funcionando como cooperativa?
Sandra Cuello- El concepto de cooperativa lo seguimos al pie de la letra, somos la primera cooperativa que convenió con INAU, desde Primera Infancia se está promoviendo que los convenios con CAIF sean por cooperativa por tanto somos como la cooperativa de referencia en ese sentido, nos solicitan información de lo que es toda la parte administrativa que se necesita y a su vez hemos buscado muchas capacitaciones y apoyo de INACOOP y de la Federación de Cooperativas.
P.al Día- ¿Cuántas personas integran la cooperativa?
Sandra Cuello- Somos cerca de 40 personas en total entre los tres equipos pero no todos somos cooperativistas porque los que entran a trabajar lo hacen primero como empleados y no como cooperativistas ya que tenemos que ir viendo si la persona quiere ser cooperativista y luego si cumple con las condiciones para serlo, lo que implica el trabajo más allá del horario por trabajar en el centro ya que además de trabajar las horas por convenio también dedicamos horas por fuera de lo que implica el cobro del sueldo para fomentar el tema de seguir trabajando como cooperativa.
“El roble nos identifica como árbol del cooperativismo porque tiene que ver con la fortaleza y queremos seguir renovándola…”
P.al Día- ¿Cuáles son los desafíos a futuro?
Sandra Cuello- Seguir transmitiendo el concepto de cooperativismo a las nuevas generaciones, ir formando personas, queremos que tenga la impronta de lo que es COMACA, insistimos mucho en la calidad y calidez de los servicios que ofrecemos adaptándose a los nuevos cambios en lo que es educación y atención. El roble nos identifica como árbol del cooperativismo porque tiene que ver con la fortaleza y queremos seguir renovándola.
P.al Día- ¿Qué espíritu va a tener este festejo del sábado?
Miriam Garro- El espíritu es el de celebrar estos 25 años con los niños de las tres instituciones, las familias, la comunidad, aprovechar y celebrar los 23 años del Club del Niño, los 6 años de “Newen” en un horario donde todos puedan participar, también se va a acondicionar el gimnasio con stand de los tres centros mostrando todo lo que se ha hecho este año con fotos, exposiciones, trabajos, juegos, una fiesta distendida, de disfrute, sin protocolo, para compartir con la comunidad por tanto invitamos a todos los que nos han acompañado a los largo de estos años.