En esos “años dorados” de la localidad de Juanicó, la idea de Icasuriaga en esa misma noche el Presidente del Club, don Omar Moizo (quien fuera en sus jóvenes años un esforzado ciclista que luciera la casaca albiceleste de Juanicó) habría dicho: “lo compramos y hacemos un velódromo” (el entrecomillado no es literal) la idea –planteada tal vez como sueño o deseo- quedó dando vueltas en la mesa de directiva y dicen que, acto seguido a lo expresado por su Presidente, el Vicepresidente de dicha comisión, don Domingo Massaro (activo colaborador y productor de la zona, titular de la afamada Agroindustria que llevara su nombre, inaugurada en ese año de 1977), habría manifestado: “Lo compramos, yo pongo la mitad y el Club la otra”. Así fue, con la suma de $ 22.000 se adquirieron las 2 hectáreas a Icasuriaga, pasándose a fraccionar dicha propiedad en dos padrones de una hectárea cada una, según consta en el libro de actas de la época (Acta Nro. 122).
Inmediatamente, directivos y vecinos se pusieron a trabajar en la idea, ejecutando ese ambicioso proyecto, todos los fines de semana eran 30 o 35 tractores que escarbaban como topos en la tierra, formando los peraltes de una pista que primero fue de balasto y luego de pavimento.
Así el 19 de abril de 1980, hace exactamente 40 años con la presencia de autoridades nacionales y departamentales se inauguró el tercer velódromo del Uruguay y el primero de su especie en Canelones y, también, el primero de Sudamérica por tratarse de un velódromo propiedad de un Club. Sí, Juanicó tiene esas quijotadas de una comunidad que apuesta, conquista y llega a sus propósitos.
Han pasado 40 años, y de ese período o lapso, sólo en unos 12 años mantuvo una proactiva e intensa actividad de competencia, dicho circo ciclístico.
Las circunstancias llevaron a una merma de la actividad del pedal; no obstante, en el epicentro del complejo se desarrollaron actividades tales como campeonatos de fútbol (década de los 80 y 90). Fue centro de festividades como el 125 aniversario de la Iniciación del Proceso Fundacional de Juanicó (abril y mayo de 1997), en la que la Comisión Pro-Festejos Conmemorativos que tuvimos el honor de impulsar e integrar, junto a la Comisión Vecinal y un grupo de jóvenes, se pudo recrear -por ejemplo- un pequeño rincón de juegos infantiles; en ese tiempo, el velódromo fue el punto de llegada de la Correcaminata de los 125 años de Juanicó (4 de mayo de 1997).
A partir de 2008, el Velódomo “Omar Moizo” supo permitir el desarrollo de actividades tradicionalistas, erigiéndose en un centro referencial en cuanto a la realización de eventos vinculadas al caballo, jineteadas y otras destrezas criollas junto al canto folklórico, logrando la llegada de miles de visitantes (del país y del exterior) a lo que fue el Ruedo “Gral. José Artigas” y la Feria de la Tradición (evento organizado por la Aparcería “Renovación Gaucha” y el Club Ciclista Juanicó). El velódromo es, aún hoy, un punto de encuentro de proyectos que empiezan a cristalizarse y, seguramente, no sólo será para fomentar el ciclismo (una vez restaurada su pista), sino para desarrollar otras actividades deportivas y recreativas en un enclave paisajístico que pretende darle a Juanicó un reducto de esparcimiento social.
Ciertamente que, estos tiempos jalonan un antes y un después, aunque un cambio de mentalidad y de costumbres culturales, no obstarán para que Juanicó logre recuperar esos espacios que nos volverán a reencontrar. Y en esa empresa, debemos encontrarnos quienes creemos que podemos darle al pueblo y, en el caso del velódromo para toda la amplísima región sur del país. Volverá a ser un espacio para cultivar el deporte y otras expresiones de desarrollo humano y comunitario. Será, además, un homenaje a aquellos que forjaron esa obra y será sin dudas, un nuevo desafío que Juanicó se impone para un mañana promisorio.
¡A darle pedal a la esperanza!
¡Felices 40 años!
Dr. Fernando LúquezCilintano
Presidente Club Ciclista Juanicó
Abril 2020