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08/06/2021

Angélica Hernández; una madre que jamás se rindió

Angélica Hernández es la mamá de Nahuel Palomeque, un chico de 18 años, oriundo de Juanicó, quien sufrió un accidente de tránsito el 27 de setiembre de 2019 en el que fue atropellado por un vehículo cuando circulaba en su bicicleta y tras permanecer durante más de 15 días en CTI peleando por su vida fue diagnosticado con cuadriplejia permanente.
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Angélica es un ejemplo de resiliencia, de fortaleza, de superación y de nunca bajar los brazos ante la adversidad. Tras recibir la noticia de que su hijo quedaría postrado en una silla de ruedas por el resto de su vida, lejos de quedarse con el desalentador pronóstico de los médicos decidió aferrarse a esa pequeña luz de esperanza de que su hijo iba a tener al menos una mínima posibilidad de recuperarse.

Aquella fatídica noche no solo cambió la vida de su hijo sino también la suya. La prioridad pasó a ser la salud de su hijo por lo que debió dejar uno de sus trabajos para cuidar a Nahuel, quien le demandaba mucha atención debido a las secuelas que le habían quedado tras el accidente. Pero además de los perjuicios económicos que ello le generaba, ya que al ser jefa de hogar era la única fuente de ingreso que tenían, ella no solo era la mamá de Nahuel sino que además tenía otros tres hijos que no podía descuidar y que también necesitaban atención. A pesar de que el día a día se hacía cuesta arriba ya que las demandas del cuidado de un adolescente con necesidades especiales generaban en ella desgastes físicos, psicológicos y hasta emocionales, nunca perdió la sonrisa en su rostro porque sabía que si ella se derrumbaba sus hijos también podían hacerlo.

Muchos en su lugar hubieran renunciado a la lucha, pero lejos de rendirse se refugió en la energía positiva que recibía de la gente para fortalecerse y en los avances que Nahuel iba logrando con el paso del tiempo y gracias al apoyo de familiares, amigos, conocidos y el respaldo de toda la comunidad solidaria logró salir adelante.

Hoy se emociona cuando habla de su hijo, que sin duda heredó de ella esa fortaleza para superar obstáculos, al tiempo que ve con orgullo como Nahuel, gracias a su esfuerzo y voluntad, ha tenido notables progresos y sigue dando pequeños pasos en esa lucha por poder tener una mejor calidad de vida, esa vida que aún tiene por delante.

 

P.al Día- Contanos cómo estás viviendo estas horas previas al viaje de Nahuel…

Angélica Hernández- Ansiosa pero feliz porque pudimos lograr el objetivo gracias al apoyo de mucha gente.

P.al Día- ¿Fue difícil tomar la decisión de que Nahuel viajara con sus amigos y no contigo?

Angélica Hernández- Cuando empezamos a hablar de la posibilidad de viajar lo hablamos con Nahuel y nos pareció que era lo mejor en varios aspectos; primero por la relación que tiene él con sus amigos, además ellos siempre estuvieron acá y se desenvolvieron muy bien en todos los aspectos; Nahuel ahora evolucionó mucho pero al principio había que curarle las heridas, estaba con sonda y ellos parecían enfermeros. Por otro lado lo que Nahuel necesita es alguien que lo mueva y yo sola con él no puedo y también él se desenvuelve muy bien con el trato con los médicos. Asimismo, es un mes que hay que estar fuera y yo tengo mis otros hijos, mi trabajo, así que no me necesita para nada, se van a manejar bien…

P.al Día- Lo dejás en buenas manos entonces…

Angélica Hernández- (Risas) Sí claro que sí, yo estoy re tranquila tanto por el cómo por los chiquilines.

P.al Día- ¿Dónde estabas cuando recibiste la noticia de que Nahuel había tenido un accidente?

Angélica Hernández- Estaba trabajando cuidando un matrimonio de abuelitos en Canelones, eran cerca de las 5 de la madrugada y ya estaba preparada para salir porque mi horario terminaba a las 6. En eso me llama mamá y yo ya presentía que era algo malo. Recuerdo que me dijo que Nahuel había tenido un accidente y ahí mi cabeza empezó a carburar, me imaginaba lo peor y después fue todo una locura. No sabía para donde arrancar porque primero me dijeron que lo llevaban para el Maciel, llamé a mi hermana que vive en Montevideo para que fuera a estar con él mientras que yo llegaba. Cuando ella llegó Nahuel todavía no estaba, llamé a la Seccional para ver dónde se encontraba y al final lo terminaron llevando al Americano; al final terminamos llegando a las 6 de la mañana y hacía un ratito que lo habían traído porque el accidente fue 3 y media de la mañana pero entre una cosa y otra lo levantaron como 4 y media.

P.al Día- ¿Qué pasó cuando llegaste y lo viste?

Angélica Hernández- Cuando llegué no lo vi porque recién lo habían llevado a hacer una tomografía, tenía mil preguntas y nadie me decía qué había pasado. Yo me imaginaba que se había roto la cabeza andando en moto; cuando lo vi me tranquilicé porque él estaba intacto, parecía que no tenía nada. Pero a medida que lo iban examinando los informes médicos eran muy desalentadores, no respiraba por sus propios medios, y a la vez ayudaban a que su corazón latiera porque no le funcionaba nada, había quedado todo paralizado. También le habían hecho una traqueotomía para no tenerlo tanto tiempo entubado porque eso le podía generar infecciones.

 

“Yo le preguntaba a los médicos si había alguna mínima esperanza de que pueda recuperarse y me decían que no, pero nosotros no nos quedamos con eso…”

 

P.al Día- En un momento uno de los médicos te da a entender que Nahuel no pasaba de esa noche, ¿qué te pasó por la cabeza en ese momento?

Angélica Hernández- Sí, una noche me dijeron que Nahuel estaba muy complicado, que cuando intentaban sacarle el respirador tenían que volver a conectarlo porque no había manera, no reaccionaba, su corazón no funcionaba, me dijeron que iban a esperar unos días más a ver si había alguna mejora pero no había caso, como que eso iba a ser algo definitivo. Recuerdo que el médico me dijo que Nahuel iba a quedar como la hermana de Diego Forlán. Yo desesperada le preguntaba si había alguna mínima esperanza de que pueda recuperarse y me decían que no, pero nosotros no nos quedamos con eso.

Hasta que en un momento empezó a respirar, lentamente empezó a tener progresos y después fue todo muy rápido, incluso cuando fuimos al control con el traumatólogo que lo operó quedó sorprendido por los avances que Nahuel había tenido. 

P.al Día- ¿En algún momento sentiste que lo perdías o siempre supiste que se iba a recuperar?

Angélica Hernández- Es que iba todo tan rápido que nunca me detuve a pensar en eso, obviamente que cuando me dijeron que iba a quedar así siendo tan joven me preguntaba cómo lo iba a superar pero no me imaginaba nada malo porque más allá de lo que me decían los médicos yo entraba y lo veía bien. Él no podía hablar pero se hacía entender, siempre haciendo bromas entre nosotros con las enfermeras y todo ese ambiente te sacaba de la tragedia así que dentro de la mala experiencia tuvo su lado positivo porque había mucha gente que te hacía olvidar de todo. Siempre veíamos lo bueno y cuando tenía algún avance era motivo de felicidad.

P.al Día- Ese día no solo cambió la vida de tu hijo si no también la tuya; tuviste que dejar de trabajar porque la prioridad pasó a ser la salud de Nahuel…

Angélica Hernández- Sí, en ese sentido fue muy complicado porque en esos meses que Nahuel estuvo internado dejé uno de mis trabajos ya que me demandaba muchas horas, me quedé solo con el trabajo de la noche porque mientras él estaba en CTI no había mucho que pudiéramos hacer entonces como el trabajo me quedaba cerca seguí trabajando con la condición de que ante cualquier llamado tuviera el permiso para irme y ellos lo aceptaron.

Además en medio de todo eso nos estábamos haciendo la casa y después del trabajo tenía que cumplir las horas en la obra que me demandaba MEVIR pero cuando pasó todo esto en seguida me dijeron que no me preocupara y las hicieron por mí.

Igualmente nos costó mucho tiempo amoldarnos a esa situación porque también estaban mis otros hijos y Nahuel demandaba mucha atención. Eso generaba cansancio y enojo tanto en mí como en él, lo fuimos trabajando hasta que ahora andamos más o menos bien gracias también a Marta que está siempre al firme y con mucha paciencia porque no es fácil aguantar a Nahuel, tiene su carácter (risas).

P.al Día- Si bien mantuviste un trabajo los ingresos ya no eran los mismos, ¿cómo se sustentaron durante todo ese tiempo?

Angélica Hernández- Obviamente que con un solo trabajo no era mucho el dinero que ganaba pero tuvimos el respaldo de la comunidad, se empezaron a hacer alcancías, rifas, ferias de ropa, entonces ese impacto económico que sufrí al perder un trabajo no lo sentí tanto y no me tuve que preocupar por nada; por un lado o por otro siempre entraba dinero.

P.al Día- Los que te conocen dicen que sos una mujer positiva, luchadora, que nunca perdés la sonrisa, pero también habrás tenido tus momentos de bajón…

Angélica Hernández- Obvio que sí pero cuando veía a Nahuel y a las personas que estaban alrededor mío se me pasaba; además Marta siempre viene con buena onda, los gurises también, la pasamos muy bien.

 

“Estamos muy contentos porque llegamos hasta acá pero la vida nos sigue poniendo pruebas y hemos superado tantas cosas que esta es una más...”

 

P.al Día- ¿Qué pensás ahora cuándo ves a Nahuel y todos los avances que ha logrado?

Angélica Hernández- Que lo que ha logrado es mérito de él por su lucha y además porque por más que nosotros estemos atrás si él no tiene ganas de salir adelante no sirve de nada; además es bastante cabeza dura. Ahora estamos muy contentos porque llegamos hasta acá pero la vida nos sigue poniendo pruebas y hemos superado tantas cosas que esta es una más.

P.al Día- ¿Qué sentimientos tenés hacia la persona que le hizo esto a Nahuel?

Angélica Hernández- Yo no creo que alguien salga a conducir un auto con la intención de hacerle daño a alguien, quizás se distrajo o venía cometiendo una infracción, eso no lo sabemos; si un día lo tengo en frente me interesaría preguntarle qué le pasó, nada más, pero como dijo Nahuel esa persona ya debe sentir un gran remordimiento por dentro. 

P.al Día-Ya han pasado casi dos años de aquel día, ¿volviste a retomar tu trabajo?

Angélica Hernández- Si porque cuento con Marta y cuando ella no está Nahuel llama a sus amigos. Ahora me quedé sin trabajo porque a las personas que cuidaba los llevaron a una casa de salud. Tengo un trabajo en la tarde pero son solo tres horas y ese también lo pausé hasta que ellos se vayan. Igualmente por un lado mejor porque me puedo enfocar más en el viaje y hacer todos los trámites y las vueltas que hay que dar; después me pondré las pilas para buscar algo.

P.al Día- ¿Cómo es eso de que ibas a trabajar a Canelones en bicicleta para ahorrar dinero para el viaje de Nahuel?

Angélica Hernández- Eso ya venía de antes, hace años que viajo en bicicleta a trabajar a Canelones. Lo que sucedió fue que nosotros vivíamos con el padre de Nahuel y cuando nos separamos yo quedé muy endeudada, tenía que salir a trabajar más horas y ellos que eran chicos tenían que cuidarse prácticamente solos y así empezamos. Enseguida conseguí trabajo cuidando personas mayores de noche, de día también hacía limpiezas, después surgió el tema de la casa porque donde vivíamos no teníamos las comodidades, y así fuimos saliendo adelante pero siempre al límite, entonces iba en bicicleta a trabajar porque no me quedaba otra y después me acostumbré, me gusta y lo sigo haciendo hasta el día de hoy.

 

“Tengo muy buenas expectativas del tratamiento que va a recibir Nahuel…”

 

P.al Día- ¿Qué expectativas tenés acerca del tratamiento que va a recibir Nahuel?

Angélica Hernández- Pienso que va a ser positivo y que lo va a ayudar mucho; si me preguntas qué mejoras va a tener es algo incierto porque depende de cómo tome el tratamiento; obviamente que después tendrá que seguir trabajando, veremos cómo se sigue pero tengo muy buenas expectativas.

P.al Día- Imagino que tenés mucha gente a quien agradecer…

Angélica Hernández- Sí, quiero agradecer infinitamente a toda la comunidad que desde el primer día estuvo colaborando, acá en el pueblo no hay gente que de una u otra forma no haya colaborado no solo económicamente sino con acciones que van más allá del dinero como preguntar cómo está Nahuel cada vez que nos veían, si precisábamos algo o el pensar en los hermanos porque de un día para el otro la atención se centró en Nahuel pero ellos como adolescentes también necesitaban atención entonces muchos se encargaron de cuidar esa parte. Desde que Nahuel tuvo el accidente hasta hoy hemos conocido un montón de gente con buena energía que se ha acercado, algunos que ni siquiera conocíamos y esa energía se contagia y eso es lo que nos mantiene así que gracias a todos.

Pequeños gigantes

También dialogamos con Andreew Pereira y Alejandro Da Cunda, dos amigos de fierro que estuvieron desde el primer momento y fueron los brazos y piernas de Nahuel durante todo este tiempo; y por si fuera poco, con tan solo 18 años, decidieron acompañarlo en esta experiencia que recordarán por el resto de sus vidas empujados por toda una comunidad.

P.al Día- ¿Cuánto hace que se conocen?

Andreew Pereira- Nos conocimos de chicos de acá de la vuelta.

P.al Día- ¿Cómo era la relación de ustedes antes de que Nahuel tuviera el accidente?

Andreew Pereira- Andábamos siempre juntos, si no era en el liceo nos mandábamos un mensaje y nos encontrábamos para tomar mate, íbamos al tajamar, siempre salía algo.

P.al Día- ¿Dónde estaban esa noche?

Andreew Pereira- Ellos estaban en casa, luego se fueron a Canelones, yo me quedé y después paso lo que pasó.

P.al Día- ¿Cómo te enteraste?

Andreew Pereira- Alejandro me avisó que Nahuel había tenido un accidente.

Alejandro Da Cunda- Yo en ese momento estaba peleado con Nahuel, cosas de adolescentes. Obviamente que igual fui a verlo cuando estaba internado.

 

“Para nosotros no era una carga, la pasábamos bien…”

 

P.al Día- Ustedes estuvieron siempre al firme, además de los amigos fueron los enfermeros de Nahuel, ¿cómo fue todo ese proceso?

Andreew Pereira- Era difícil, había que bañarlo, curarlo y fuimos aprendiendo, pero para nosotros no era una carga, la pasábamos bien; siempre estábamos haciendo algo, venía mucha gente, el día a día era muy dinámico. Desde el primer momento a lo que es ahora ha tenido unos logros impresionantes.

P.al Día- ¿Hoy más allá de las limitaciones de Nahuel tratan de hacer la misma vida de antes?

Andreew Pereira- Sí, tratamos de seguir haciendo la misma vida, lo venimos a buscar y vamos a tomar mate, tratamos de no dejarlo afuera de nada.

P.al Día- ¿Cómo se dio el hecho de acompañar a Nahuel?

Andreew Pereira- Cuando surgió la posibilidad del viaje le dijimos que si teníamos que ir con él lo íbamos a hacer, después el me preguntó si nos animábamos a ir y le dijimos que sí.

P.al Día- ¿Cómo se van a dividir las tareas?

Andreew Pereira- Yo me encargo de todas las tareas de la casa y él de Nahuel.

P.al Día- ¿Estudian o trabajan?

Alejandro Da Cunda- Estamos trabajando los dos.

P.al Día- ¿Cómo arreglaron para ausentarse esos días?

Andreew Pereira- Cuando planteamos la situación nos dijeron que no había problema.   

Alejandro Da Cunda- El patrón tenía dos opciones, o se la tomaba bien o se la tomaba mal.

P.al Día- ¿Ya han salido del país antes?

Andreew Pereira- No, primera vez que viajamos los tres.

P.al Día- Sin duda será una gran experiencia en todo sentido…

Andreew Pereira- Sí, obviamente que estamos centrados en el tratamiento de Nahuel pero también vamos a aprovechar a conocer lugares nuevos. Sin dudas será una gran experiencia para los tres.