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04/11/2021

Gabriel Almeida vuelve a Progreso tras 10 años para cantarle a su pueblo en el 150º Aniversario

Gabriel Almeida es un cantautor progreseño (38) que desde hace varios años está radicado en el exterior. Comenzó tocando el teclado junto a su padre Nito y su tío Milton, dos reconocidos artistas oriundos de Tacuarembó pero radicados en nuestra ciudad desde muy jóvenes.
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Cuando falleció su padre inmediatamente agarró la guitarra y encontró en ese instrumento una conexión inmediata a la cual le sumó el canto.

Con tan solo 20 años y dejando atrás su tierra, su hogar y su familia se fue a Buenos Aires, donde estuvo radicado hasta el 2013; buscando reconocimiento propio y con el candombe como escuela durante esos años comenzó a vincularse con colegas del país vecino y fue recorriendo diferentes provincias del interior buscando su sueño de algún día poder llegar a vivir de la música.

Poco a poco con su guitarra y su canto logró ganarse un lugar y siguiendo ese camino que la vida le iba poniendo delante decidió irse para México, país donde vive actualmente con su esposa y su hijo. Allí encontró un gran mercado y logró tener una estabilidad laboral que no tenía hasta entonces a pesar de que nunca le faltó el trabajo. Incluso durante la pandemia que afectó tremendamente al rubro encontró en la virtualidad el modo de subsistir para no perder su fuente de trabajo y salir a flote.

Vinculándose en un proyecto con músicos y productores de Progreso, a partir de una idea y producción del Ciclo Audiovisual “Historias de mi Ciudad”, casi sin pensar surgió la posibilidad de volver a la ciudad que lo vio crecer, esa posibilidad que había estado rondando desde hace varios años pero que no se había podido concretar. Es así que en el marco del 150° aniversario de Progreso Gabriel estará presente en la 7ª edición del Festival de la Empanda y el Vino cumpliendo el sueño de poder cantarle a su gente en su tierra querida luego de estar 10 años fuera del país. 

El dialogo con Gabriel vía zoom desde México nos cuenta más detalles de su historia de vida, sus inicios en la música, su pasaje por Argentina, su llegada a México, así como también la posibilidad que finalmente se concretó de volver a su ciudad natal en una fecha tan especial.

 

“Comencé a darme cuenta que la música no solo era mi vocación y mi sueño, sino que también podía ser mi profesión y vivir de ella…”

 

P.al Día- ¿Cuánto hace que te fuiste del país?

Gabriel Almeida- Yo me fui de Uruguay a mediados de setiembre del año 2003 para Argentina con 20 años donde estuve radicado hasta diciembre del 2013 que fue cuando me vine para México.

P.al Día- ¿Qué te llevó a irte del país con esa juventud?

Gabriel Almeida- Uno siempre planifica su futuro en base a los proyectos que tiene pero en este caso se podría decir que me fui dejando llevar. En aquella época conocí a la que fue mi primera esposa que era de Argentina, estuvimos un tiempo viviendo en Progreso y después nos fuimos para allá. En el momento que yo empecé a ir a Buenos Aires no estaba ni cerca la posibilidad de dejar mi país e irme a vivir allá pero cuando llegué descubrí un mundo diferente que no conocía, conocí gente que llevaba años viviendo de la música y comencé a darme cuenta que ya no era una posibilidad de que solo fuera mi vocación y mi sueño sino también mi profesión y que eso que tanto me gustaba y a lo que tanto le había invertido sea mi herramienta de trabajo y que pudiera llegar a vivir de la música. Después se me hizo muy fácil moverme, comencé a conocer gente que me fue llevando a descubrir otros lugares con la guitarra como Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, estuve dirigiendo durante dos años seguidos la banda oficial del carnaval de Gualeguaychu pero nunca lo planeé, fui dejando que las cosas pasaran siempre agradecido de lo que la vida me estaba poniendo adelante; fue ahí donde yo realmente llegué a abrirme un pequeño sendero en esto de la música y hacer de Argentina mi otra casa.

Además debido a la trayectoria y la carrera que hizo mi papá yo pensaba que se me iba a hacer muy fácil ser el hijo de, entonces en ese momento con la inmadurez de un muchacho de esa edad lo que quería era tener un reconocimiento propio y no vestirme con glorias ajenas entonces fue en Argentina donde comencé a golpear puertas, aprender de esto y empezar hacer de la guitarra mi herramienta diaria de trabajo.

 

“Cuando agarré la guitarra y empecé a cantar no la solté más…”

P.al Día- Recuerdo verte de niño siempre con el teclado, ¿en qué momento agarraste la guitarra?

Gabriel Almeida- A decir la verdad mi viejo era muy celoso de su instrumento, entonces si bien alguna vez agarraba la guitarra no tenía la libertad de tocarla cuando quisiera, era como que estaba establecido yo era el que tocaba el órgano. Después yo empecé a escribir, de hecho mi papá llegó a cantar algunas canciones escritas por mí y por ahí andaba la idea de empezar a trabajar las voces como para hacer algo cantando juntos pero creo que eso se dio una sola vez en una guitarreada allá en Tacuarembó que fue la única vez que yo recuerdo haber estado con mi padre cantando a dúo con guitarra. Entonces automáticamente cuando murió papá yo agarré la guitarra y el canto, se fue dando que fui encontrando en ese instrumento otra libertad en la comunicación que no tenía con el teclado, de hecho hasta el día de hoy se me hace mucho más fácil llegar a la gente con la guitarra que con el teclado, entonces cuando agarré la guitarra y empecé a cantar no la solté más y cuando llegué a Argentina lo hice como guitarrero y cantor.

P.al Día- ¿Qué cosas dejaste en Progreso cuando partiste para Argentina?

Gabriel Almeida- Lo que quedaba del niño porque una parte se evaporó cuando falleció papá en el año 2000 cuando solo tenía 17 años; tres años después cuando me fui de Uruguay dejé el resto porque allá no estaba papá, no estaba mamá, no estaban los amigos, no había nadie, además estamos hablando del año 2003 donde la comunicación no estaba tan al alcance de la mano como ahora, entonces esa protección que uno siente cuando es niño ya no estaba y sabés que ahora depende de vos y eso fue lo que me fortaleció de golpe para llegar a una ciudad tan enorme. Y después obviamente la cantidad de gente que dejé atrás incluida mi familia como mi madre, mi hermana, mis hermanos, mis primos, mis tíos, un montón de personas de las cuales muchas no he vuelto a ver desde aquel año. Si bien Sabina dice que “al lugar que fuiste feliz no debieras pensar en volver”, Tejada Gómez dice que “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”, entonces entre esas dos citas está esa fantasía de que cada vez que yo volvía en una parte de la imaginación o del corazón volvía un poco a la familia, al nido, a la infancia, y eso también se evaporó absolutamente porque mis padres ya no están más, mi hermana tampoco está viviendo en Progreso, quedan algunos tíos y primos, incluso la última vez que estuve allá (Uruguay) que fue en el 2012 todavía estaba mi madre.

Si bien el tiempo fue erosionando toda aquella imagen de la familia, lo que yo dejaba atrás y a lo que yo volvía cada vez que venía a Progreso es justamente eso, el hogar, la familia, los padres, los hermanos, tu gente, tu raíz. Además si bien Argentina culturalmente es muy parecida a nosotros salir de las costumbres de tu casa no es lo mismo, yo en ese momento no sabía mucho de la vida, todo mi mundo era Progreso y de repente pasé de caminar por la Avenida Artigas a caminar por la 9 de Julio, entonces eso es un ventarrón que te agarra y cuando mirás para atrás querés salir corriendo despavorido.

 

“Para mí el éxito es haber podido vivir de la música y tener el reconocimiento de la gente…”

P.al Día- ¿Cómo lograste abrirte camino y ganarte un lugar en ese monstruo que es Buenos Aires con la guitarra y tu canto?

Gabriel Almeida- El común denominador de los artistas van tras las glorias del reconocimiento y todo eso, y ahí es donde está también la carnicería en las productoras, en el desgaste humano que hay de una persona tratando de llegar a un lugar sin disfrutar del camino; como te decía hoy yo siempre fui dejando que las cosas pasaran y que la vida me fuera sorprendiendo, fui bastante amigo del camino, he conocido gente muy talentosa que tuvo que buscar su fuente de ingreso en otro lado porque no le encontró la vuelta y yo la verdad tuve mucha suerte en ese sentido, si bien han habido épocas de todo tipo siempre encontré espacios y gente que me fue guiando y de la que fui aprendiendo. Una gran escuela fue mi padre porque era un tipo muy respetuoso de los demás y fue una de las cosas que más me enseñó, a respetar el trabajo de los demás, a respetar tu propio trabajo y a hacerlo de una manera honesta.

(desde acá)

 

“Aprendí que cuando te preocupás mucho por el lugar al que querés llegar dejás de disfrutar el camino…”

 

Cuando estuve trabajando en producciones grandes que te movés en canales de televisión o en teatros es un mundo bastante difícil porque se forma un embudo y está todo el mundo queriendo pasar por ese cuello de botella y algunas veces quizás me dejé encandilar y lo que aprendí que cuando te preocupás mucho por el lugar al que querés llegar dejás de disfrutar el camino y a veces nunca llegás al ideal. A mí me han preguntado qué es la fama o el éxito y yo no tengo ni idea, para mí el éxito es haber podido vivir de la música, poder tener un reconocimiento en la gente y que si saco un trabajo nuevo la gente lo vuelve aceptar con el mismo cariño; a donde me esté llevando la vida yo voy.

P. al Día- ¿A qué género pertenecés?

Gabriel Almeida- Acá en México me dicen que todo lo canto en tango o en candombe pero yo mismo he roto con esas barreras porque también vengo de una escuela donde el folclorista es folclorista y tiene que verse y sonar de una manera determinada, pero llega un momento donde vos te das cuenta que todo es música, que todo es mensaje y además si los gustos de la gente van cambiando o las generaciones van pidiendo cosas nuevas vos no podés pretender que te siga escuchando la juventud de hoy como lo hacía la juventud de hace setenta años atrás. Pero a la vez yo soy un defensor de lo antiguo entonces trato de buscarle la manera a la inversa y cuando voy a dar conciertos a las universidades les muestro algún cantor de tal año para ilustrar otra época, otra manera de sentir y de decir las cosas, otras luchas que habían en la sociedad, otra manera de conquistar, de amar, pero creo que vos vas caminando, vas avanzando, aprendiendo y te vas metiendo en nuevos géneros. Por ejemplo yo tengo acá muchos amigos que son del bolero, o mariachi y es un genero maravilloso y obviamente a mí no me va a salir una ranchera como le sale a un mexicano jamás en la vida pero no por eso me privo de aprender un poco de eso, de hecho yo compuse una ranchera porque va muy de la mano con el tango, tiene ese desgarre sentimental, esa cuestión del último peldaño de la tristeza. Por tanto uno va rompiendo barreras y a veces las primeras barreras que uno tiene que romper son las barreras que uno trae; yo llegué a Buenos Aires y me di cuenta de que tenía que aprender un repertorio nuevo de canciones sin dejar mi esencia y mi genero pero sin cerrarme a incursionar en otros géneros porque todo va mutando, uno mismo va cambiando, los instrumentos van cambiando, la manera de tocar va cambiando y la manera de comunicar va cambiando; antiguamente un cantor se paraba arriba de un escenario con la pata arriba de la silla y la gente se callaba a escuchar, hoy día con las megas producciones que hay la juventud ve un tipo con una guitarra le tira una moneda y sigue caminando… Está todo bien con el romanticismo del amor a la guitarra y al canto pero uno también tiene que seguir estando en la jugada sin traicionar los ideales y sin esconder que mi escuela viene del candombe y no creerme que ahora soy español y ponerme a cantar flamenco… te canto flamenco pero en ritmo de candombe.

 

“Llego a México siguiendo el camino; cuando quise acordar estaba contratado, trabajando, grabando discos y formando una familia...”

 

P.al Día- ¿Cómo se da tu llegada a México?

Gabriel Almeida- En el 2012 yo estaba trabajando como músico en el Circo Servian con Flavio Mendoza en la producción, tenía una exposición mediática impresionante, hacíamos dos o tres funciones diarias con la carpa del circo abarrotada de gente, temporadas en Mar del Plata, teatro en la Avenida Corrientes, una época maravillosa y en esa momento sale un contrato en un circo de México con otra compañera de circo que era trapecista, entonces nos vinimos, ella firmó contrato y estuvo todo un año acá, pero yo llegué y no se dieron las cosas, el circo era una producción mucho más chica que la que yo estaba trabajando allá, tenía que esperar a que se estrenara la función para después poder empezar a trabajar para componer la música nueva de la función y demás, entonces estuve menos de un mes y me volví a Argentina, terminé mi contrato con el circo y volví a mi trabajo independiente yendo a tocar a lugares diferentes. Después por intermedio de una persona que ya había estado acá en México que tenía un amigo que vivía acá, surge la oportunidad de ir a México nuevamente y ya la segunda vez que me vine lo hice de manera independiente, primero a Manzanillo que es una ciudad muy turística y seis meses después me vine a Ciudad de México. Así fue que llego a México siguiendo el camino y cuando yo quise acordar estaba contratado, trabajando, grabando discos y formando una familia.  

P. al Día- ¿Llevaste un repertorio de canciones rioplatenses o tuviste que adaptarte al público mexicano?

Gabriel Almeida- Las dos cosas, cuando yo me subo al escenario tengo la oportunidad de contarle a la gente quién fue Alfredo Zitarrosa y contarles que en la década del setenta estuvo grabando discos acá en México y que se llevó dos canciones de Pancho Madrigal de las cuales una de ellas es un himno del folclore uruguayo que es de Jacinto Cenobio y que nosotros tenemos esa canción, entonces la música siempre fue un puente, porque además la mayoría de los músicos argentinos, uruguayos y chilenos estuvieron exiliados acá en México. Pero si bien yo tengo este trabajo de cantar y escribir mis canciones o mostrarle a mi publico los autores de mi tierra también hay veces que llegás a tocar a un lugar donde hay un publico sabinero entonces vos te agarrás el repertorio de Joaquín Sabina y esa noche le hacés un homenaje, de repente otra noche hacés un homenaje a Johan Manuel Serrat, otra noche al tango y yo no me considero un tanguero ni mucho menos, ni en el estilo ni mucho menos en la sabiduría que tiene que tener un tipo para llamarse tanguero pero sin embargo lo he hecho. Obviamente que hay géneros en los cuales no me he metido porque no tengo el porte para eso como puede ser el pop, el rock, la cumbia, sin embargo tengo amigos rockeros que me han invitado a sus conciertos a cantar canciones con ellos y lo he hecho así como también tengo amigos que han cantado canciones mías en versión de salsa. Esas son las barreras que uno ha derribado y te das cuenta que lo más enriquecedor que puede haber para un músico es compartir con otras cabezas, con otras ideas, con otras escuelas, con otras culturas, y dejar los prejuicios de lado. Yo me acuerdo de haber escuchado en mi infancia críticas a “Dino” Ciarlo por tocar la milonga con guitarra eléctrica o a Fernando Cabrera y cuando me quité el prejuicio de encima y empecé a escuchar a Fernando Cabrera subí diez escalones en mi conocimiento musical. Vos tenés una esencia, una identidad y un sello propio pero es como un jugador de fútbol, puede ser hincha de un determinado cuadro pero si es profesional va a meter goles en el equipo que lo contraten.

 

“La pandemia tumbó a la mitad de los músicos pero la tecnología permitió que muchos artistas podamos seguir viviendo de la música…”

P. al Día- ¿Cómo afectó la pandemia a ti en lo personal y al rubro en general?

Gabriel Almeida- Una de las cosas que tiene México es que la música es algo tan cotidiano que incluso me han llegado a contratar para ir a cantar en un velorio, llevar Mariachis, música norteña a un velorio o cualquier evento es lo más normal del mundo. Obviamente al cerrar todos los lugares donde el artista canta como bares, restaurantes, teatros, todos los artistas en general se vieron afectados, desde el callejero hasta el que tiene la suerte de estar contratado en una mega producción; la pandemia tumbó a la mitad de los músicos porque no tuvieron la manera de salir adelante ya que es un rubro que en su gran mayoría vive al día y tenés que salir todos los días a hacer el jornal como cualquiera. Los artistas que están en otro nivel también la tuvieron difícil porque mueven músicos, ingenieros de audio, iluminadores, diseñadores, gente que te maneja las redes sociales, fotógrafos y todas son familias que dependen de ese ingreso. Lo que vino a salvar la cuestión fueron las transmisiones en vivo donde la gente depositaba donativos en la cuenta del artista o en mi caso como trabajo para un foro lo que se hizo en ese momento era que todo el elenco transmitía por la pagina del lugar entonces toda la gente que sigue esa pagina los fines de semana veía un programa donde cantábamos todos los cantantes del foro y la gente hacia sus depósitos. La tecnología permitió que mucha gente como yo podamos seguir viviendo de la música, me contrataban para un cumpleaños y desde mi estudio les cantaba y ellos a través de la computadora miraban el concierto. También hay que tener en cuenta que para eso tenés que tener acceso a Internet, computadora o celular, micrófono y no todos cuentan con esos mínimos recursos y tampoco todos sabían manejar el tema virtual como me pasó a mí que no sabía nada pero me tuve que poner a investigar y nos ayudábamos entre colegas pasándonos información y gracias a eso nos pudimos mantener a flote.

 

“Mi vuelta se fue gestando casi sin pensar; primero Mauricio Debia me contactó y me invitó a ser parte de un proyecto llamado «Historias de mi ciudad»”

 

P.al Día- ¿Cómo surge la posibilidad de venir a Uruguay en una fecha tan especial para Progreso?

Gabriel Almeida- Es algo que se fue gestando casi sin pensar; primero Mauricio Debia me contactó y me comentó que estaba trabajando en un proyecto llamado “Historias de mi ciudad”, me envió material y cuando lo vi me empezó a remover la nostalgia porque uno va sumando años y se va poniendo más nostálgico y ahí empezó todo. También comencé a trabajar con Fernando Caytano en una reversión de una canción donde me empiezo a adentrar mucho más con la producción, y cuando Mauricio me plantea la posibilidad de estar presente en un evento en vivo en Progreso en el marco de los 150 años de la ciudad ni lo pensé. Sé que habrá varios eventos, incluso estuve hablando con Sara Petrocelli que integra la comisión organizadora y me dará el gran honor de cantar en el Festival Nacional de la Empanada y el Vino donde voy a estar compartiendo escenario con Copla Alta que para mí es un honor.  

P.al Día- La canción a la que hacés referencia se llama Pueblo Granjero

Gabriel Almeida- Exacto, esa canción yo la canté de niño con mi padre cuando la presentaron con el coro del liceo y después la seguí cantando porque la tengo incluida en mi repertorio porque cuando me subo al escenario por respeto a los mexicanos tengo que cantar una canción de Manzanero, de Pancho Madrigal, de Gabino Palomares con quien tuve el honor de hacer un concierto, pero también una parte de este trabajo es cantar una canción del lugar donde venís y Pueblo Granjero es una canción que he cantando muchas veces tanto en Argentina como en México porque es la canción más representativa que yo tengo del lugar donde salí.

Mi padre era un defensor de las raíces, de la tradición, de hecho cuando ya no estaba Adolfo Santurio y Yaro Roca fue uno de los que mantuvo viva la versión del himno y en cada presentación se subía al escenario a seguir cantando esa canción.

P.al Día- Cómo ha sido ese intercambio con los músicos de Progreso sobre todo con Fernando Caytano que es un joven muy talentoso…

Gabriel Almeida- El otro día salió el tema del premio Graffiti que había ganado Fernando y con lo poco que conozco de él me animo a decir que ese tipo se puede ganar el premio que quiera porque es impresionante el talento que tiene y lo profesional y detallista que es y eso para mí ha sido una gran oportunidad. Yo he trabajado con un montón de músicos de muchos lados pero es la primera vez que tengo la oportunidad de trabajar con mi gente, que tiene un sentido musical muy parecido al mío y estar en la misma sintonía porque explicarle la esencia de un candombe a un productor mexicano que nunca escuchó un candombe en su vida es muy difícil por más que sea un excelente músico o productor.

“Es una alegría inmensa y un gran entusiasmo volver a cantar en Progreso porque después de tantos años voy a tener el honor de subirme al escenario y cantarle a mi gente…”

 

P.al Día- ¿Qué significa para vos el hecho de venir a cantar a Progreso?

Gabriel Almeida- Es una alegría inmensa y un entusiasmo que ya no me entra en el cuerpo, soy como un niño el 5 de enero esperando al otro día para abrir los regalos. Estoy muy orgulloso y honrado de que me hayan hecho parte de este proyecto, de saber que en la historia de mi ciudad hay un capitulo que escribió mi padre que no se ha olvidado y que luego me tocó a mi seguir escribiendo algunas líneas más. Cuando me voy a dormir cierro los ojos y ya me veo arriba del escenario y pienso qué canciones voy a cantar, que anécdotas voy a contar, la cabeza no para así que es algo que me tiene muy feliz. Además voy a tener el gran privilegio de cantar a dúo con mi tío Milton que era un sueño que no sabía si iba a poder cumplir por tanto es como hacerle un homenaje a la voz de mi padre. Cuando esto dejó de ser un sueño y comenzó a tener tinte de realidad la emoción y la motivación fue mucho más grande y ahora que se concretó no hago otra cosa que contar los minutos porque después de tantos años voy a tener el honor de subirme al escenario y cantarle a mi gente.  

Como muy pocas veces en mi vida voy a tener que hacerme demasiado fuerte para que la emoción me deje cantar; soy bastante llorón así que no prometo nada. 

P.al Día- Para el primer Festival de la Empanada y el Vino en 2014 nos comunicamos contigo para tratar de que estés presente pero lamentablemente no se pudo concretar tu llegada…

Gabriel Almeida- Es cierto, ustedes se comunicaron conmigo, pero no pudo ser porque yo en aquella época estaba grabando mi primer disco acá en México y como todo primerizo pasás el triple de trabajo por ignorancia y la verdad que me quedé con las ganas de ir, me hubiese gustado haber estado antes pero después año tras año se fueron suscitando cosas, al año siguiente fue otro disco, después mi hijo, luego la pandemia...

P.al Día- ¿Cuándo partís hacia Uruguay?

Gabriel Almeida- Me voy el 4 de noviembre y vuelvo a México el 24 de diciembre así que estaré por allá poco más de un mes. Es un momento muy especial porque se cumplen los 150 años de la ciudad, la etapa que venimos de vivir con la pandemia mundial donde ganamos una batalla como humanidad, la oportunidad de trabajar con músicos de Progreso, la oportunidad de subirme a un escenario y cantarle a mi gente, por tanto son un montón de sentimientos y sensaciones que se dan en este contexto por eso creo importante agradecer por la vida, que el mundo sigue girando y que nosotros seguimos arriba del tren.

 

“Estoy arraigado a México por la estabilidad laboral y mi familia pero si el día de mañana se da la oportunidad profesional de instalarme en Uruguay no lo pensaría…”

 

P.al Día- ¿Cabe la posibilidad de algún día volver a Uruguay o hay cosas te atan a México?

Gabriel Almeida- Hoy puedo decir orgullosamente que tengo una familia maravillosa junto a mi esposa y mi hijo. Sentimentalmente yo he sufrido mucho el desarraigo y si me muevo de acá tengo que hacer que mi esposa que viene de una familia tradicional y muy unida viva también ese desarraigo.

Además hoy en día lo económico es un timón y uno tiene que estar donde esté el trabajo, yo sufro mucho la ciudad, padezco el trafico, hay días que manejo tres horas para ir a tocar pero el movimiento enorme de trabajo que hay acá no se compara con otras ciudades.

Por lo tanto lo que me tiene arraigado es la estabilidad laboral que tengo y mi familia aquí. Más allá de eso no hay nada que me ate a un lugar y si el día de mañana se me diera la oportunidad profesional de instalarme nuevamente en Sudamérica o más precisamente en Uruguay no lo pensaría y sé que si fuese por esa razón mi familia me apoyaría pero por el momento acá en México he encontrado un mercado laboral que no lo encontré ni siquiera en Argentina en los 10 años que estuve a pesar de que nunca me faltó el trabajo. Si el camino me vuelve a llevar a Uruguay allí estaré feliz de la vida y si el día de mañana la próxima entrevista la estoy haciendo desde España también porque por algo será.

P.al Día- Gracias por haber compartido estos minutos con nosotros…

Gabriel Almeida- Agradecerte a vos por esta oportunidad y a Progreso al Día por ser el responsable de que la carrera de mi viejo tenga un archivo y además siempre lo han compartido con la gente y eso es algo maravilloso. Me acuerdo como si fuera hoy una entrevista que le hicieron a mi padre allá por el año ´91-92 (*) donde traía puesta una camisa a cuadros y estaba junto a mi tío ambos con las guitarras así que ustedes deben tener más archivos de mi vida que yo mismo.