|
15/08/2023

Ola de abigeatos y tráfico de carne en el entorno de Progreso y Juanicó

En los últimos días se han registrado una seguidilla de robos de ganado -tanto vacuno como lanar- en el entorno de la ciudad de Progreso y del area rural de Juanicó. Uno de los productores afectados fue Ignacio Birriel quien ha sufrido la faena de 12 vacunos en los últimos dos meses.
abigeato-grafico.jpgweb_.jpg

“Estamos enfrentados a una realidad en la cual es imposible producir, realmente no sabemos qué hacer…”

 

“Nosotros somos pequeños productores familiares agroecológicos, contamos con un predio de tres hectáreas a menos de tres kilómetros del pueblo de Progreso donde hacemos horticultura, tenemos aves, cerdos, un pequeño tambo donde hacemos quesos y además tenemos algunos animales de producción de carne en unos predios arrendados…”, contó Birriel en dialogó con el programa Informe Granjero.

Según relató, en los últimos meses han sufrido la pérdida de 12 vacunos, varios de ellos preñados, lo que implica una pérdida no solo económica sino también el trabajo a futuro: “El 2 de julio nos mataron un toro reproductor Aberdeen angus puro de un alto valor económico por su genética, alrededor del 20 de julio faenaron un caballo en la zona de Camino Albatros, el 26 de julio me faltaron diez vaquillonas Holando preñadas con semen importado también de gran valor económico. Inmediatamente apareció una oveja faenada muerta que no sabemos a quién se la mataron porque la modalidad parece ser faenar, llevarse las caravanas y desaparecer los cadáveres y el pasado lunes nos encontramos con las tripas de cuatro vacas preñadas faenadas de un vecino lindero. Es un daño tremendo porque no solo te llevan el trabajo de un año sino que te matan los terneros que son el trabajo que vas a tener en el futuro…”, lamentó.

“Parece que volvimos a la época del 2000 y poco donde esto era tierra de nadie y no quedaba un animal en pie, se llevaban los caballos, los cerdos, las vacas, las vaquillonas, carneaban lo que fuera, vivías nervioso pendiente que ibas a amanecer y te iba a faltar un lechón, un cordero o lo que fuere. Luego eso se cortó, desde el 2015 para acá prácticamente no habíamos sufrido este tipo de delitos, estábamos tranquilos pero ahora parece que rebrotó nuevamente.  

Estamos enfrentados a una realidad en la cual es imposible producir, realmente no sabemos qué hacer…”, agregó.  

Birriel asegura que no se trata de delincuentes improvisados que salen a cometer este tipo de delitos sino de personas que conocen muy bien la zona y con la logística necesaria para mover estos volúmenes de mercadería: “No se trata de un «pichi» que tuvo hambre y se le ocurrió faenar un animal para comer, esto es delincuencia organizada que conoce muy bien el lugar porque estamos hablando de miles de kilos de carne que se llevaron por tanto debe haber toda una logística detrás para cargarla, almacenarla y comercializarla y eso significa que hay gente que la compra. A uno hasta le da miedo porque yo ando solo en el campo y qué pasa si te llegás a encontrar con esta gente que está armada, recordemos que hace varios años unos delincuentes asesinaron a un vecino de acá...”

Asimismo explicó que estos delincuentes no solo faenan los animales en el mismo predio sino que utilizan varias modalidades: “Algunos animales fueron faenados en los predios, otros fueron faenados en la calle y hay otros que se los cargaron en algún vehículo y se lo llevaron no sabemos cómo porque no cortaron alambre; esta gente actúa con tal impunidad al punto de que estas cuatro vacas fueron faenadas a cien metros de donde pasa la policía y a cuarenta metros de la casa donde viven los dueños; quizás entraron por alguna portera…”.  

Consultado acerca de cómo fue la respuesta de la policía, señaló: “La policía nos ha atendido bien, luego de que sucedieron estos hechos hubo un aumento del patrullaje en la zona, sentimos que hay una comprensión de la preocupación que tenemos los vecinos pero nunca saben nada, tuvieron que desaparecer quince animales para que recién el pasado lunes apareciera la policía científica a levantar muestras porque están viendo que la situación se les está yendo de las manos; si no podés agarrar a los delincuentes al menos hay que investigar dónde está esa carne y quién la está vendiendo. A mí me llevaron 2.500 kilos de carne que equivalen a 10 mil dólares, al vecino le llevaron 3 mil dólares en animales por tanto económicamente es muy viable para quienes lo hacen y alguien tuvo que haber vendido ese volumen de carne. Al ser crimen organizado requiere de una cierta atención de los distintos cuerpos policiales que realmente aborden el problema a diferentes niveles porque estamos hablando de dos delitos juntos, por un lado el abigeato y por el otro la faena clandestina…”.  

En ese sentido entiende más que necesaria la aprobación de la ley de faena predial que está en estudio por parte del Parlamento: “Hay una ley en el Parlamento referida a la faena predial que se necesita y no se termina de reglamentar nunca; tenemos que poder faenar una oveja o un lechón en nuestro predio con las condiciones higiénicas necesarias y luego comercializarlo legalmente como sucede en varios países del mundo y no entrar en eso de la faena clandestina donde si te agarran terminás siendo juzgado igual que a unos malandros que le encuentran 2.500 kilos de carne…”.  

“Yo tengo todo en regla, los animales tienen marca, tienen caravana, tienen trazabilidad, estás haciendo todo el trabajo que te exigen y de la nada te masacran y no hay ninguna respuesta, por lo menos si aparecieran esos malandros y fueran presos uno estaría más tranquilo porque están pagando por el delito que cometieron y yo puedo trabajar tranquilo en mi campo sabiendo que no me voy a encontrar con esa gente que está dispuesta a todo…”, exclamó. 

“Los productores que hemos pasado por esto sabemos lo que es levantarse a la mañana e ir a contar los animales y tener la angustia de que te falte alguno; no solo tenés que trabajar todo el día sino que después me tengo que poner el uniforme de vigilante y salir en la noche como un perro a cazar delincuentes, no es así, los productores no nos merecemos esto, necesitamos que la policía actué…”, finalizó.  

Asimismo la familia Fontana de Camino Albatros (limite de Progreso y Juanicó) también fue víctima de abigeato, quienes el pasado domingo sufrieron la pérdida de cuatro vaquillonas.

“Esta situación que estamos viviendo te desmotiva… en un rato perdí 2.500 dólares…”

 

“Me mataron 4 vacas preñadas, a algunas de ellas le faltaban una semana para parir… Tenía 14 vacas con el toro, y ahora me quedan 10, y perdí los terneros que venían además; en un rato perdí 2.500 dólares o más, es un golpe muy grande…”, dijo a Progreso al Día el joven productor Adrian Fontana.

“El muchacho que trabaja con nosotros le mandó un mensaje a mi padre y le dijo que le pareció haber visto un animal suelto y el alambrado roto y cuando fui hasta ahí me llevé la sorpresa no solo por la pérdida económica sino también por los animales, te desmoraliza. A mí nunca me había pasado, es horrible ver algo así. Mucha tristeza, desilusión y además miedo de perder las otras vacas que me quedan…”, acotó.

Según declaró, él no se dedica específicamente a la cría de ganado pero era otra fuente de ingreso que tenía: “Yo no me dedico a eso pero tengo el campo de un vecino que me lo da para trabajar y como no sirve para fruticultura que es lo que yo hago decidí meterle unas vacas y unos terneros y es una entrada más de dinero que tengo, como una caja de ahorro y esta situación que estamos viviendo te desmotiva; siempre estoy comprando y vendiendo cuando me sale algún negocio pero con esto no te dan ganas de hacer más nada…”.  

Asimismo expresó que si bien hay vecinos que están bastante cerca no oyeron nada: “La gente en el campo llega la noche y descansa porque trabaja todo el día, no estás pendiente de si van a robar. El campo da contra la vía y ahora con la obra del ferrocarril hay un movimiento bárbaro día y noche. Cuando algún vecino ve algo raro avisa y uno se da una vuelta y capaz que es hasta peor porque ellos andan armados, no se van a regalar así nomás…”.  

Al igual que Birriel coincide con que se trata de personas que conocen la zona y saben lo que hacen: “A mí me llevaron mínimo 800 kilos de carne, la tuvieron que haber cargado en algún camioncito chico; cortaron los alambres, los encerraron en una manga que yo tengo para vacunar y los carnearon ahí adentro; después cortaron otro alambrado con un lindero de un vecino, atracaron el vehículo y cargaron la carne. En el rocío había una huella fina de un vehículo liviano pero no se podía distinguir mucho. Esa cantidad de carne no puede ir muy lejos, antes de carnearla la tienen vendida y por el volumen es una venta clandestina; hay un vecino que también le carnearon dos animales hace un mes y medio y la semana pasada le desaparecieron 8 terneras vivas, se ve que es gente que conoce o tiene algún dato y anda en la zona carneando…”.

Por su parte destacó la actuación de la policía que actuó con celeridad y lejos de criticarla aseguró que hacen lo que pueden con los recursos que tienen: “La policía me sorprendió porque ni bien hice la denuncia la científica fue enseguida a sacar muestras de sangre de los animales para comparar si hoy o mañana aparece alguna carnicería que no tenga papeles. La policía no tiene muchas herramientas para trabajar, están atados porque me comentaban que hace poco agarraron a unas personas con un carro lleno de carne y no le dieron ni dos meses de prisión…”.  

En tanto afirmó que desde la instalación de la Brigada departamental Rural en Juanicó hay mayor patrullaje en la zona: “Se ha notado mayor presencia policial en la zona principalmente en la noche, piden documentos y eso pero pasa no pueden estar en todos lados. Venía bastante tranquila la cosa pero ahora se empezó a sentir de vuelta, la policía nos decía que se van corriendo de zona y ahora nos está tocando a nosotros...”.   

“Yo ya sé que no voy a recuperar nada pero me gustaría que la policía agarrara a esta gente para saber al menos quiénes son…”, aseveró.

Terminó diciendo que este tipo de hechos te hacen bajar un poco los brazos, además de que tiene sus riesgos… “esta gente anda armada y uno a veces sale a recorrer de madrugada, y es preferible no encontrarse con ellos, porque uno no sabe tampoco como puede reaccionar”.