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28/11/2015

Madre desesperada,si la próxima semana no le entregan la insulina estará en juego la vida de su hija

Paola es una vecina de Progreso que está atravesando por una situación angustiante, donde puede estar en juego la vida de su propia hija, por lo que decidió recurrir a Progreso Al Día para hacerlo público.
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Paola nos explica que su hija Lucía “es insulinodependiente desde los cuatro años, ahora tiene 12, ella se da insulina, aparte tiene una hepatomegalia a causa de la misma diabetes, tiene enfermedad celíaca, tiene epilepsia, y estamos desde setiembre esperando por la insulina…”

Lucía se inyecta la insulina cuatro veces al día y dependiendo el valor que tenga es la cantidad que ella se da.

Al preguntarle la forma como obtienen dicha insulina, Paola nos cuenta que utiliza de dos tipos, “me entregan una en el Fondo Nacional de Recursos y la otra la paga el Hospital Pereira Rossell, el cual la de octubre me faltó una caja entera, desapareció del hospital, nadie sabe que pasó y desde setiembre es que estamos con esta incertidumbre…”

Aclaró que “una de las insulinas cumple el funcionamiento del páncreas, que es la que se da en la mañana y en la noche; y esta es la que le ayuda a mantener la glicemia estable, y se la tiene que dar si o si, porque estamos con un tratamiento de conteo de carbohidratos que se tiene que dar cierta cantidad a medio día, cierta cantidad en la mañana, en la merienda y en la noche, se la da cuatro veces al día y la tiene que tener si o si, porque cada una va con otra”.

Agrega que “en setiembre me dieron una de otro niño, y me dijeron que había que esperar a que me la compraran, y estuve el viernes pasado en el hospital, supuestamente ellos se reunían para autorizar las órdenes de compra, dejé un formulario nuevo en octubre que cada tantos meses se renueva y me dijeron que no, que recién este lunes se reunían, autorizaban las compras y después demoran entre quince y veinte días, y para ese tiempo ya no voy a tener insulina”.

Al ser consultada si estaba la alternativa de adquirirla directamente, señaló Paola que “no sé donde la compran ellos, acá no hay, ya nos recorrimos todas las farmacias… Me dijeron allá en el Pereira, la gente que trabaja en farmacia, que más o menos cuesta unos cien dólares la caja, pero no hay en plaza”.

 

“Se puede morir, la necesita para vivir la insulina…”

 

En referencia a la gravedad de que desaparezca esa caja de insulina que estaba destinada a Lucía, bien pudo haber habido un error o una venta ilegal, Paola manifestó: “No sé, uno tiene dudas… Ya es la segunda vez que tengo problemas con ellos porque falta la insulina. Lo que me queda es reclamar y llegar hasta las últimas consecuencias porque esto no me puede volver a pasar, tampoco tengo el dinero para ir todos los días al centro a pelear por lo que le corresponde a mi hija, que se lo tienen que comprar si o si, porque es para vivir…”

Ante la consulta si los vecinos podemos hacer algo para colaborar, Paola indicó: “Difundir, porque yo no quiero plata, lo que yo quiero es que el hospital se haga cargo de la insulina y que no vuelva a pasar esto, es la segunda vez que me pasa, y ella no puede vivir sin la insulina”.

Cuando directamente le preguntamos que podría pasar si a su hija le falta la insulina; Paola fue terminante y realista, por muy duro que parezca: “Se puede morir, la necesita para vivir la insulina…”

Finalizó diciendo que “nos queda insulina como mucho hasta la semana que viene”, en referencia a esta semana que se inicia el lunes 30.

Dramática la situación de esta mamá de nuestra ciudad, es imposible darle la espalda e ignorar un hecho tan grave.

Si alguien tiene la posibilidad de dar una mano, el teléfono de Paola está en nuestra redacción.