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29/07/2017

Soledad Sequeira, ejemplo de lucha y entereza contra su cruel enfermedad

Soledad Sequeira tiene 36 años, es oriunda de la ciudad de Progreso y actualmente vive en Maldonado con su esposo y sus dos hijos.
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“Siempre tuve la certeza de que me iba curar e iba a salir adelante…”

En noviembre del año pasado Soledad recibió la fuerte noticia de que tenía un tumor en el estómago, a los días le realizaron una laparoscopia y le informaron a su familia que la enfermedad estaba muy avanzada y que no había nada para hacer, e incluso le pronosticaron solo tres meses de vida. Lejos de bajar los brazos y con la motivación de querer ver a sus hijos crecer, Soledad y su familia estaban dispuestos a dar pelea hasta lo último, por lo que decidieron buscar una segunda opinión; gracias a su familia y amigos que comenzaron a movilizarse obtuvieron una consulta en el Hospital Sirio Libanés (San Pablo-Brasil) donde le informaron que si bien en el 95 % de los casos similares al de ella no hay nada que hacer, existía la posibilidad de operar extrayendo todos los órganos que estuvieran comprometidos.

Cuatro meses después (marzo 2017) Soledad entró a block quirúrgico y su operación duró once horas; afortunadamente la misma resultó exitosa y los médicos lograron extraer no solo los órganos que Soledad tenía comprometidos sino también otros por precaución.

Meses atrás Soledad viajó nuevamente a Brasil junto a su esposo para saber cómo se encontraba su estado de salud luego de la intervención; felizmente el resultado de los análisis y la tomografía arrojaron que sus valores se encontraban en perfecto estado, que no había rastros de ninguna enfermedad y que todo estaba cicatrizado en condiciones perfectas. Igualmente los médicos decidieron que continúe con la quimioterapia durante seis meses que están por finalizar; de ahora en adelante Soledad viajará a Brasil para realizarse controles exhaustivos durante los primeros cinco años que es el período en el cual se corre más riesgo de que la enfermedad vuelva a aparecer.

Mientras tanto la comunidad de Progreso y zonas aledañas continúa realizando eventos solidarios a beneficio de Soledad, para ayudarla a costear su tratamiento y los compromisos contraídos en Brasil.

Se han hecho rifas, feria americana, obras de teatro, y el pasado domingo en el Club Social Progreso se organizó una Zumba, en la cual estuvo presente.

Luego de dicha jornada, pero ya en la tranquilidad de la casa de sus padres, dialogamos con Soledad Sequeira, quien se mostró muy agradecida por el apoyo que está recibiendo desde el punto de vista afectivo, que como ella se encargó de reiterar varias veces, es mucho más importante que lo económico.

 

“Soy una mamá que quiere ver crecer a sus hijos, soy una hija que quiere que sus papás sean felices, soy amiga, soy esposa…”

 

P.al Día- Soledad, nuevamente en Progreso en otro evento solidario, lo que demuestra una vez más que la comunidad está apoyándote…

Soledad Sequeira- La verdad que estoy muy agradecida no solo con toda la gente de Progreso sino también de los alrededores porque vino gente de Canelón Chico, de Montevideo, que se sumaron a darnos una mano que va más allá de lo económico, es la buena onda, el cariño que nos dan y todo ese apoyo es fundamental para uno poder transitar todo este camino porque no es una enfermedad que sea fácil de sobrellevar, lleva su tiempo, pero cuando vos tenés en quien apoyarte se hace todo más llevadero y te da fuerzas que es lo que uno necesita para que el cuerpo soporte todo esto.

P.al Día- Es un ida y vuelta, tú transmitís mucha fuerza a la gente y sos ejemplo por tu lucha y entereza ante tu enfermedad; en una sociedad que muchas se deprime por problemas banales…

Soledad Sequeira- Yo no sé si soy un ejemplo, soy una mamá que quiere ver crecer a sus hijos, soy una hija que quiere que sus papás sean felices, soy amiga, soy esposa, entonces tengo un grupo de personas a mi alrededor que me están apoyando en todo esto y es un ida y vuelta como tú decís. Al pasar por todo esto es mucha la ayuda que uno recibe, a nosotros nos han guiado mucho personas que han transitado por la misma enfermedad que yo y uno ahora tiene la gran necesidad de devolver toda esa ayuda a otras personas que también la necesiten, hay gente que se ha puesto en contacto conmigo a través de la página de Facebook y uno le trasmite lo que ha vivido pero sobre todo que tengan fe, porque creo que parte de mi tratamiento se basa en que siempre tuve la certeza de que me iba curar e iba a salir adelante.

Si bien el tratamiento fue muy agresivo donde hubo momentos que no me podía levantar de la cama porque físicamente mi cuerpo no respondía, tenía la certeza de que la enfermedad no me iba a ganar y que iba a salir adelante, me decía a mi misma que me iba a morir de cualquier cosa menos de cáncer. Estoy totalmente convencida que parte del tratamiento es estar bien anímicamente, es aprender a vivir con esa enfermedad, es aprender a aceptar la ayuda de todo el mundo, mi familia se hizo cargo de mis hijos que son muy pequeños, entonces es tanto el agradecimiento que uno tiene que lo quiere devolver, por eso todo aquel que necesite una mano tanto yo como mi familia estamos a la orden para devolver esa ayuda con amor que es la base todo y así nos movemos, con amor…

 

“Cuando me diagnosticaron la enfermedad no tuve la necesidad de llorar, solo me planteé la forma de enfrentarla y de curarme…”

 

P.al Día- Además tuviste el apoyo tanto de tu familia -que es muy numerosa y unida-, como la de tu marido…

Soledad Sequeira- Mis primos, mi sobrina, mi hermano, mis padres, la familia de mi esposo, todos dejaron sus actividades, sus trabajos, sus estudios; cuando sucedió todo esto empezaba el verano entonces tenía familiares que comenzaban su licencia y la postergaron para ir a ayudarnos, yo estaba mucho tiempo internada entonces necesitábamos dos personas que cuidaran a mis hijos, todo el mundo corrió atrás nuestro inmediatamente, siempre había alguien al lado ayudándonos.

Cuando me diagnosticaron la enfermedad no tuve la necesidad de llorar, me planteé cómo enfrentarla y cómo curarme, después de las quimioterapias uno empieza a ver el deterioro en el cuerpo, la caída del pelo que no es un detalle menor y al menos a mí me afectó muchísimo; aprendí a llorar delante de mis padres porque antes no quería que mis papás me vieran mal porque soy mamá y siempre agradecí que gracias a Dios esto no lo tienen que vivir mis hijos, lo tengo que vivir yo que lo soporto, pero también soy hija entonces lo trasladaba a mis padres. Después que pasó todo el tema de la operación le decía a mis padres que nunca los había visto derramar una lágrima y ellos me decían que como me veían tan fuerte y tan segura lo trasladaban a ellos entonces era un círculo, si yo estaba bien el del al lado mío también lo estaba.  

Por ejemplo cuando estaba bien en vez de mandar mensajes por whatsapp mandaba audios y la respuesta era la misma siempre: “Que bien que te escucho” y se quedaban tranquilos y fue así que aprendí a mandar audios agradeciendo, informando sobre como iba el tratamiento porque de esa manera el otro también quedaba fortalecido.

 

“De Brasil salí sin rastros de la enfermedad, así dio la anatomía patológica luego que me operaron…”

 

P.al Día- ¿En qué etapa del tratamiento estás ahora?

Soledad Sequeira- En Brasil plantearon una quimioterapia por seis meses después de la cirugía, si Dios quiere estoy transitando el último mes, en agosto viajo a mi segundo control y esperemos que la quimioterapia termine ahí y después sean solamente controles; nosotros apuntamos a que en el mejor de los casos los controles sean dos veces al año pero todos tenemos muy claro que al principio van a ser controles muy exhaustivos, muy seguidos durante los primeros 5 años por si en el caso de que apareciera algo se trate inmediatamente, por eso los controles son muy cercas uno del otro. Uno planea seguir recuperándose pero siempre sabiendo de que eso estuvo, que hay que cuidarse, hay que aprender a vivir nuevamente, aprender a alimentarse…

P.al Día- Por lo tanto la enfermedad está controlada…

Soledad Sequeira- Yo de Brasil salí sin rastros de la enfermedad, así dio la anatomía patológica luego que operaron; más allá de los órganos que estaban tomados como el estómago que me lo retiraron íntegro, parte del hígado, del peritoneo y ganglios, a su vez por precaución también me sacaron otros órganos como los ovarios.

Nadie tiene nada comprado en esta vida, no sé cuantos años más uno va a vivir pero tratar de que esta enfermedad no vuelva.

 

“Para nosotros lo económico es pasajero; nos quedamos con el corazón lleno de todo el amor que nos están dando…”

 

P.al Día- El tratamiento ha generado un compromiso económico importante…

Soledad Sequeira- Si bien nosotros hacemos hincapié en que todo el mundo nos ha ayudado económicamente con estas movidas que se han armado, para nosotros lo económico es pasajero, mi esposo y yo estamos con fuerza, volvimos a trabajar así que vamos a pagar y vamos a salir de eso. Pero sí nos quedamos con el corazón lleno de todo el amor que nos están dando y eso no es transitorio, eso queda, todo el mundo se ha movido no solo gente de Progreso sino también de Las Piedras, Canelón Chico. Como dijo el otro día Gerardo Cardozo en el Rotary todo el mundo siempre cuenta que Fulano se enfermó de cáncer y murió, pero no cuentan que Soledad estuvo enferma y está saliendo adelante porque eso también es una esperanza para el otro; es una enfermedad que uno la tiene asociada con la muerte y no es así, uno tiene que enfrentarla y pelearla. Yo siempre les reprocho a los médicos que le hayan dicho a mi familia que no había nada para hacer, en todo caso ellos no tenían nada para hacer ya que por un tema de población no hay experiencia, de hecho yo necesito una medicación que en mi mutualista no la compran porque soy la única paciente que la toma pero por suerte se consiguió otra medicación que la mandan de Brasil. A lo que voy es que no pueden decirte que no hay nada para hacer, es mejor admitir que uno no puede hacerlo y buscar entre todos otra salida porque yo no fui a China, fui a San Pablo que queda a solo dos horas, entonces hay que informar, pasarle nuestros datos a los demás, después está en el otro si lo puede y quiere hacer o no.

 

“En el sanatorio me tenían con morfina y suero porque decían que la enfermedad estaba muy avanzada y no había nada para hacer; me habían dado tres meses de vida…”

 

P.al Día- ¿Qué te genera que en tu propio país te hayan dicho que no había nada para hacer y que si te quedabas con esa opinión el desenlace podría haber sido otro?

Soledad Sequeira- Mucha tristeza e impotencia porque tanto el equipo de cirujanos que me había visto como el gastroenterólogo nos habían dicho que no había nada para hacer porque la enfermedad estaba muy avanzada y nos habían dado tres meses de vida, pero nunca nos quedamos con esa palabra y mi esposo salió a buscar un lugar donde poder llevarme. En un momento los médicos lo llamaban para decirle que no me llevara a Brasil porque nos iban a robar la plata y que yo no iba a aguantar el viaje. En el sanatorio no me querían dar el alta, me tenían con morfina y suero porque decían que no había nada para hacer, tuvimos que firmar un alta voluntaria porque yo quería tener la posibilidad de pelear; prefiero morir en un viaje luchándola y no en una camilla sin intentarlo.

También es verdad que cuando me diagnosticaron la enfermedad yo ya tenía otros órganos tomados y el cirujano que me operó en Brasil nos comunicó que en el 95% de los casos iguales al mío se abre y se cierra porque no hay nada para hacer y que el peritoneo es lo más complicado; yo tuve la suerte de que cuando me operaron estaba a tiempo y me pudieron retirar esa parte del peritoneo que estaba afectada. Pero te repito, lo importante es que nos den herramientas para poder pelear. Yo viajé a Brasil el 7 de marzo, el Hospital de San Pablo donde me operé es el Sirio Libanés y yo ni siquiera sabía que había un hospital que se llamaba así y como yo cuántas otras personas pueden no saber que existe una institución, que si bien el tratamiento es extremadamente caro, nos da una posibilidad de vivir; después está toda la gente que nos da una mano para poder saldar toda esa deuda.

Uno ve en la tele que fulano necesita tanto dinero para costear una medicación o una operación y es triste que en nuestro país no se puede hacer y más triste aun es que tampoco te ayudan a que puedas hacerlo por otro camino. Si somos concientes que tenemos una población baja donde no hay muchos casos de personas de 36 años con un tumor en el estómago entonces estaría bueno que, ya sea el Fondo Nacional de Recursos o la mutualista, nos ayuden a costear el tratamiento porque estamos hablando de una vida y en mi caso con dos hijos; mi hijo más chico tenía cuatro meses cuando me diagnosticaron, estuve 23 días en Brasil y llegó un momento que se me hacía intolerable estar tan lejos de ellos pero ese era el precio que tenía que pagar para recuperarme y volver a estar bien con ellos.

P.al Día- Ustedes están viviendo en Maldonado ¿no es así?

Soledad Sequeira- Sí, nosotros vivimos en Maldonado hace nueve años, mi esposo es de Las Piedras, nos fuimos para allá buscando una mejor calidad de vida, tenemos un comercio, yo aun estoy recuperándome de la cirugía pero dentro lo que puedo trato de trabajar para sentirme útil porque me hace bien mentalmente, el hecho de hacerme cargo de mis hijos, de bañarlos, estuve meses sin poder agarrarlos a upa y una mamá necesita tener ese vínculo sobre todo con Franco que es el más chiquito porque para él desaparecí un montón de tiempo ya que estuve muchos días internada. Pero la verdad que se han amoldado de una manera fantástica porque siendo tan chicos se quedaban en la casa de mis papás, de mis suegros, de mis tíos, primos, todos se encargaron de que ellos estuvieran entretenidos, jugando y sobre todo contenidos y colmados de amor para que todo este tiempo ellos sintieran lo menos posible la falta de sus padres.

P.al Día- ¿Qué es lo que más te preocupa en este momento, continuar con tu recuperación o saldar el tema económico?

Soledad Sequeira- Las dos cosas van de la mano porque si yo me tuviera que atender nuevamente en Brasil hasta que no salde la deuda no puedo hacer uso de las instalaciones del Hospital Sirio Libanés; si bien uno tiene la seguridad de que está todo bien igualmente siempre tenés ese miedito de que pueda pasar algo. Obviamente que cuando saldemos la deuda tendremos la tranquilidad de sacarte eso de la cabeza y enfocarte cien por cien en lo que es la recuperación.

 

“Queremos devolver lo que hemos recibido porque con el amor todo se puede, incluso salir de esta enfermedad…”

  

P.al Día- ¿Algo más que quieras agregar?

Soledad Sequeira- Que pueden contar conmigo y con mi familia para lo que sea como forma de devolver todo esto que nos están dando, ya sea para acompañar a alguien que esté transitando por esto, para transmitir lo que uno ha vivido, si necesitan los datos del lugar donde uno fue o simplemente quieran hablar para intercambiar una experiencia. Estamos a las órdenes porque esto es una rueda donde hoy necesitamos nosotros y mañana puede necesitar otro, entonces queremos devolver lo que hemos recibido porque con el amor todo se puede, incluso salir de esta enfermedad.