“Una vez que uno llega a la meta que siempre soñó la satisfacción personal y familiar es muy gratificante…”
Sin duda que el camino no fue fácil, fueron 13 años difíciles en los que tuvo que sortear varios obstáculos y dejar por el camino una de las pasiones que más lo llenaba como lo es el fútbol, sacrificando su deseo de llegar a ser algún día futbolista profesional, lo que le permitió dedicarle más tiempo a su meta de llegar a ser arquitecto, objetivo que nunca perdió de vista.
En el 2007 tuvo que superar una de las situaciones más difíciles que le tocó enfrentar, pero la vida le dio otra oportunidad y hoy trata de aprovecharla a cada momento. Pero ese largo camino recorrido, plagado de anécdotas e historias, también tuvo sus buenos momentos, ya que en el 2013 la carrera le permitió recorrer el mundo durante 9 meses, lo que significó una experiencia única que jamás olvidará y una aventura que lo ayudó a crecer no solo como profesional sino también como persona.
En un mano a mano con el flamante arquitecto nos cuenta sobre lo que significó para él y su familia obtener este tan anhelado título, su viaje por el mundo, su etapa como futbolista, anécdotas e historias, así como también sus expectativas a futuro desde el punto de vista laboral.
“Fueron 13 años de Facultad, pero lo importante es que el objetivo estuvo siempre claro…”
P.al Día- ¿Qué significa para vos haber alcanzado esta meta de llegar a ser arquitecto?
Guzmán Matiaude- Pienso que se cierra un ciclo, soy de las personas que creen que el ser humano va quemando etapas, primero aprende a caminar, luego anda en bici, después en una moto, posteriormente en un auto y así va progresando y lo mismo sucede en la educación; primero jardín, preescolar, escuela, liceo, y finalmente tuve la posibilidad de comenzar la universidad y terminarla. Todavía no me acostumbro a que me llamen Arquitecto, me da un poco de pudor pero es la responsabilidad que tengo que asumir con todo lo bueno y malo que eso traiga pero muy contento al fin.
P.al Día- ¿Cuántos años te llevó culminar la carrera?
Guzmán Matiaude- Fueron 13 años de carrera, comencé en el 2004 hasta hoy día; en el medio tuve varios parates que me llevaron a retrasarme en la carrera pero lo importante es que el objetivo estuvo siempre bien claro; uno fue por el accidente en el 2007 y otro en el 2013 por el clásico viaje de arquitectura que fue de marzo a diciembre. Por suerte pudimos plantear la posibilidad de cursar materias opcionales que suman créditos a la carrera e implementarlo dentro del viaje de arquitectura para que no sea simplemente un viaje de placer y que no significara un año de estudio perdido.
“El viaje me permitió crecer desde lo profesional pero más aun como persona…”
P.al Día- Me imagino que el viaje debe haber sido una experiencia muy enriquecedora…
Guzmán Matiaude- Sí, es algo impresionante, hubo un antes y un después del viaje, allí me di cuenta que la carrera que elegí me gusta y me apasiona, trato de aprender de cada casa que miro, la universidad te abre la cabeza en un montón de aspectos que están muy buenos. Crecí mucho desde lo profesional pero más aun como persona, aprendí desde lo humano a valorar y a respetar, el hecho de ver a la otra persona por como es sin prejuicios y entender que existen culturas distintas a la nuestra; por darte un ejemplo en algunos países musulmanes las mujeres están todas tapadas al punto de que apenas se le ven los ojos y a mucha gente eso le parece horrible, pero quizás a ellos también le parezca horrible ver a las mujeres que van casi sin ropa a la playa y está buenísimo conocer todo eso y valorarlo.
P.al Día- ¿Dónde comenzaste tus estudios?
Guzmán Matiaude- Comencé preescolar en el Colegio Sagrada Familia, luego hice toda la escuela hasta 4º año de liceo. Después cursé 5º Año Científico en el Liceo 18 de Mayo, en el 2003 comencé 6º de Arquitectura en el Liceo Manuel Rosé de Las Piedras y en el 2004 inicié la carrera de arquitectura en la facultad.
“Estaba seguro que tarde o temprano iba a llegar a ser arquitecto, no así futbolista profesional…”
P.al Día- ¿Cómo viviste la etapa de compartir tus dos pasiones, el fútbol y el estudio?
Guzmán Matiaude- Fue una etapa muy linda, a mí siempre me gustó la Arquitectura y junto con el fútbol eran las dos pasiones que tuve desde muy chico pero teniendo claro que si la etapa de jugador de fútbol pasaba tenía que tener un plan b rápido, por tanto tenía que complementarlo con otra cosa.
Las dos cosas las tomé con responsabilidad que es lo que me caracteriza pero con el tiempo me di cuenta que ser jugador de fútbol era más sacrificado que ser estudiante…
Con el fútbol uno dejaba de lado montones de cosas, como renunciar a cumpleaños de 15, a bailes, mi novia salía sola con las amigas y yo me tenía que acostar a dormir, mientras que en el estudio esas cosas las vas manejando de otra manera porque no todos los domingos tenés que estudiar para un parcial o un examen, entonces te permite disfrutar más.
Pero llegó un momento en el que estaba muy trancado en facultad porque todas las materias que me faltaban eran en la mañana que era a la hora que entrenaba, entonces fue así que en el 2007 tuve que tomar la decisión de optar por una de mis dos pasiones; yo estaba seguro que tarde o temprano iba a llegar a ser arquitecto, no así futbolista, entonces decidí dejar de jugar en Juventud de Las Piedras y venir a jugar al interior y de esa manera dedicarle más tiempo al estudio.
El estudio significa también voluntad, sacrificio, pero en el fútbol no dependés de si te fue bien en una pregunta o no, tenés que jugar bien, tener una buena alimentación, un buen entrenamiento, una buena cabeza, tener suerte de que el partido de que te fueron a ver te vaya bien, no tener lesiones, por tanto es más arriesgado.
P.al Día- Y fue así que comenzaste a jugar en la liga departamental de Canelones donde defendiste la camiseta de tres equipos…
Guzmán Matiaude- Sí, el 2007 fue un año de muchos cambios porque decidí dejar Juventud de Las Piedras donde yo estaba jugando y opté por jugar en San Francisco, luego en Progreso y Juanicó; en todos los clubes tengo amistades y eso está bueno; la verdad que me gustó el desafío de jugar en Canelones por más que sea una liga amateurs, hay mucha gente que le dedica horas de trabajo, compañeros que le quitan tiempo a su familia para ir a entrenar, por tanto yo debo respetar a toda esa gente y no puedo llegar un domingo alcoholizado a jugar al fútbol.
Debido a que el proyecto final me estaba demandando mucho tiempo y no podía abocarme a las dos cosas por la responsabilidad que te hablaba antes, hace dos años decidí dejar el fútbol; a mí no me gusta faltar a los entrenamientos, me gusta descansar bien, tomar los compromisos con seriedad por eso preferí dejarlo y volverlo a retomar en otra etapa de mi vida porque me encanta y lo extraño mucho. Fui de frente y planteé mi situación porque entiendo que siendo honesto la gente te valora más y no llegar al extremo de romper una amistad por no hablar las cosas.
P.al Día- Sin duda que la familia juega un rol fundamental en esa etapa, no solo desde el punto de vista anímico apoyándote en todo momento sino también económico para solventar los gastos que implica la carrera…
Guzmán Matiaude- Con el paso de tiempo uno valora el sacrificio que hace la familia, por eso digo que el titulo que logré no es mío, es de toda la familia; a diferencia de mis hermanos tuve la posibilidad de no pasar las zozobras que ellos pasaron desde el punto de vista económico, mi familia jamás me obligó a salir a laburar para solventarme los gastos y eso traté de aprovecharlo, podría no haber estudiado o haberme desorientado pero veía el sacrificio que hacía mi familia y sabía que lo que me estaban dando era lo máximo que tenían sea mucho o poco y ese esfuerzo lo tenía que respaldar con hechos.
Recuerdo que en el 2011 me fui a ver a Peñarol a San Pablo a la final de la Libertadores y me llevé los materiales para estudiar en el viaje porque tenía que dar el segundo parcial; si lo que hacés te gusta tenés que buscarle la vuelta y darte mañas para hacerlo.
“Después del accidente uno cambia la manera de ver la vida… Dios me dio otra chance y la trato de disfrutar…”
P.al Día- El año 2007 sin duda quedará muy marcado en ti y en tu familia, ya que estuviste a punto de perder la vida en un accidente, donde fallecieron varios familiares…
Guzmán Matiaude- Sí, sufrí un corte en el cuello que de milagro no me cortó la yugular. El cirujano de turno del Hospital de Canelones me dijo que si me hubiese tenido que operar y hacer ese corte me habría matado porque si el bisturí se hubiese ido un milímetro más me cortaba la yugular. Por eso después del accidente uno cambia la manera de ver la vida, yo digo que si estoy viviendo es porque todavía me queda algo por hacer, todavía no sé que es, pero Dios me dio otra chance y la trato de disfrutar. No puedo decir que debido al accidente perdí un año de la carrera porque después de ese incidente gané todo; el recuerdo de siempre de los que no están pero esto continua y quedan cosas por hacer y hasta que nos de cuerda vamos a seguir dándole.
P.al Día- ¿Recordás alguna anécdota que te haya sucedido en estos 13 años de carrera?
Guzmán Matiaude- La facultad de Arquitectura posee un edificio hermoso, no hay competencia porque siempre hay uno más vivo que vos y uno más torpe, entonces siempre estás en la mitad y nunca te sentís por fuera por más que vengas del interior, siempre tenés alguno que te comparte un mate o te presta una hoja para estudiar, no hay competitividad y eso ha hecho que tenga muchos amigos y hay un montón de historias y anécdotas de trasnochadas haciendo proyectos porque no te dan los tiempos.
Un día tuve una discusión muy fuerte con un grupo de docentes porque estábamos hablando de un proyecto y yo le decía que en futuro estaba convencido de que o los baños iban a ser universales para todos, o como arquitectos teníamos que buscar la manera de incluir a toda la sociedad. En ese sentido yo planteaba que debería haber al menos un baño para madres y padres solteros, por ejemplo, el papá de 30 años que tiene una hija de 4 años, ¿a qué baño entra cuando su hija quiere hacer sus necesidades? Resulta que al poco tiempo Montevideo Shopping implementó el llamado “Baño de padres” destinado justamente para este tipo de situaciones cotidianas.
“A la carrera le falta más contacto con la vida real…”
P.al Día- ¿Qué crítica le harías a la carrera de arquitectura?
Guzmán Matiaude- Creo que a la carrera le falta más contacto con la vida real, hoy en día la tecnología va avanzando y la construcción no le pasa por el costado a esos avances tecnológicos que van en paralelo; todavía estamos muy arraigados a esa sociedad donde solo pensamos en la casa de hormigón, hacer la planchada con amigos y demás. Actualmente un material que está muy de moda es el steel framing pero para nosotros evaluar si una casa con ese material es redituable o no es muy difícil porque la experiencia de trabajar con ese tipo de materiales es poca a diferencia del ladrillo, el bloque o el hormigón. También hay que tener en cuenta el factor climático, ya que hoy en un día te llueve lo que antes llovía en un mes entero entonces estas nuevas tecnologías implican un desafío mucho más grande para los que recién estamos arrancando. Muchos te dicen que construir hoy día debería ser más fácil porque hay infinidad de posibilidades pero hoy día la gente cada vez quiere la casa más rápido, menos contacto con montones de dificultades que lleva la obra y nosotros tenemos que prepararnos mucho más. Por eso esta carrera lleva mucho más preparación que otras porque los cambios tecnológicos juegan tanto a favor como en contra.
Lo otro malo que tiene la carrera es que no tiene un título intermedio, o salís arquitecto o no salís nada, y eso dificulta la carrera. Yo creo que debería tener un titulo intermedio para que en caso de que si en la mitad de la carrera te das cuenta que no es lo tuyo poder escaparte hacia otra rama y además cambiaría a un nuevo plan de estudio que baje al menos de 6 a 5 años la carrera.
P.al Día- ¿Cuándo comenzaste a trabajar?
Guzmán Matiaude- Ni bien dejé de jugar en Juventud de Las Piedras comencé a trabajar con una arquitecta en Montevideo, estábamos en un proyecto de hacer ciudad vieja en miniatura, manejábamos toda la tecnología láser, hacíamos maquetas en 3D, siempre valorando lo patrimonial y demás, también con ella hicimos algunas reformas en Montevideo y después se fueron dando algunos trabajos particulares. Actualmente hace dos años que estoy trabajando como educador en el Parque educativo Padre Novoa en El Dorado que es un centro juvenil donde concurren chiquilines de 12 a 18 años.
P.al Día- ¿Cómo llegás a vincularte con ese centro juvenil?
Guzmán Matiaude- Fue algo que se dio casualmente, justo se habían ido algunos educadores y necesitaban a alguien que supiera bastante de números, física, matemática, química y por mis conocimientos me ofrecieron la posibilidad de trabajar allí; al principio tenía muchas dudas porque lo mío iba por otro lado, el tema horarios me servía porque eran solo 4 horas en la tarde lo cual me dejaba toda la mañana y la noche libre para estudiar, probé y finalmente fue una vocación que encontré, me gustó mucho trabajar con adolescentes y creo que ahí está el gran cambio que tenemos que hacer como sociedad, hay muchos chiquilines que necesitan ser escuchados, que necesitan contención, son jóvenes que tienen carencias de todo tipo y allí encuentran un ámbito donde se los escucha, se lo apoya, se los ayuda a encontrar su vocación, a hacer los trabajos del liceo y que al otro día vengan contentos porque les fue bien, eso está muy bueno y mas allá de recibir una remuneración económica por esta tarea esa alegría que ves en ellos es impagable.
P.al Día- ¿Te parece que en Progreso hace falta un centro de esas características?
Guzmán Matiaude- Yo creo que sí, hoy día hay muchísimas alternativas de estudio que en mi época no había, el espectro es enorme pero un centro juvenil de esas características sería muy bueno, El Dorado es una zona de contexto más crítico pero esos lugares están muy buenos porque los gurises se sienten escuchados y valorados. No es que sus padres no quieran estar con ellos, pasa que hay padres que para que sus hijos no le falte nada están todo el día trabajando y quizás no tienen a alguien que los ayude a terminar de hacer un deber y ese es el apoyo que se les da en el centro más allá de otras actividades extra que tienen.
“Una vez que uno llega a la meta que siempre soñó la satisfacción personal y familiar es muy gratificante…”
P.al Día- ¿Cuáles son tus expectativas desde el punto de vista laboral de ahora en adelante?
Guzmán Matiaude- Ahora voy a descansar, disfrutar, bajar la pelota porque con el estrés de la carpeta el físico me estaba pasando factura y pensar el panorama para el año que viene. La carpeta final demanda mucho tiempo, es un proyecto creado de cero que uno lo tiene que hacer desde los cimientos hasta el techo y es como un trabajo paralelo en el cual no te pagan.
Estoy pensando abrir con un amigo que también es arquitecto nuestro propio estudio y llegar a cosas muy lindas pero por ahora no lo tengo muy en claro. Para trabajar ya voy a tener tiempo.
P.al Día- ¿Qué mensaje le darías a ese joven que está leyendo esta nota?
Guzmán Matiaude- Le diría que trate de tener sus objetivos claros y por más que vea que el objetivo le va a costar muchos años le puedo decir que una vez que uno llega a la meta que siempre soñó la satisfacción personal y familiar es muy gratificante. Que traten de ser lo que realmente quieren, que le den para adelante en la profesión que sueñes ser para que cuando todos los días se tengan que levantar para ir a su trabajo lo hagan con alegría porque están haciendo algo que los hace feliz.
P.al Día- ¿Algo más que quieras agregar?
Guzmán Matiaude- Agradecerte por esta nota y porque vos y tu familia siempre han estado presentes en las buenas y en las malas; y agradecerle también a mi familia, amigos y todos aquellos que entendieron que falté a ese cumpleaños o a esa fiesta porque tenía que terminar mi carpeta pero ahora sí no voy a tener excusas para compartir reuniones familiares por el aguante y el apoyo que me han dado.