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19/11/2019

Entrevista a Luis Eduardo “Lalo” Parodi, un carismático “buscavidas”

Luis Eduardo Parodi Velara, apodado como “Lalo”, es un popular vecino de Progreso; nació en Paysandú, es el cuarto de 8 hermanos y durante su niñez se mudó con su familia para La Paz, luego vivió en Las Piedras y finalmente en 1954 se vino para Progreso, donde reside actualmente.
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Desde pequeño “Lalo” fue un andariego y durante su vida hizo de todo, vendió caramelos en los ómnibus, fue repartidor de leche y de pan, canillita en los trenes, hasta que salió de la calle para entrar en el mundo de la fabrica trabajando como metalúrgico; además fue futbolista, vendedor de ropa y director técnico, hasta que comenzó a incursionar en el ambiente de los bailes, siendo presentador de orquestas y organizador de bailes, también se desempeñó como comunicador y publicista, dejando una huella en todos los ambientes no por lo que tuvo sino por lo que brindó. Tanto es así que días atrás (18 de octubre) fue invitado por el grupo Jamaica a la celebración de los 35 años de este grupo musical por haber sido quien le permitió realizar su primera presentación artística el sábado 13 de octubre de 1984 en el club de bochas de Santa Lucía organizado por el propio “Lalo”, lo que habla de su gran generosidad.

Actualmente tiene 78 años, hace poco sufrió un quebranto de salud (infarto) pero afortunadamente se recuperó favorablemente; luego de ese episodio recibió el cariño de la gente y le demostró lo querido y apreciado que es.

En dialogo con “Lalo” nos cuenta su particular historia de vida llena de andanzas y anécdotas que quisimos compartir con nuestros lectores en esta nota.  

 

“Siempre fui andariego; era burro pero como todo gurí de calle era rápido…”

 

P.al Día- ¿Cuándo y dónde naciste?

“Lalo” Parodi- Nací en el centro de la ciudad de Paysandú (18 de Julio y Misiones) en el año 1941, plena guerra mundial. Somos 8 hermanos, cuatro mujeres y cuatro hombres; yo soy el cuarto hermano.

P.al Día- ¿A qué se dedicaba tu familia?

“Lalo” Parodi- Mi padre Luis Bernardino Parodi era un prospero comerciante, tenía muy buen estatus, clase media, alquilaban una estación de servicio con el hermano y eran de los gomeros más cotizados, atendían servicios de camiones y ómnibus. En aquel entonces, por la Guerra, no había caucho para las cubiertas, las tenían que atar con bulones, las rutas no eran las de hoy, eran de canto rodado.

Debido al contexto político mundial el trabajo comenzó a mermar y mi padre y su hermano tuvieron que emigrar de Paysandú porque ya no daban los rubros para seguir pagando el alquiler y se vinieron para Montevideo; en ese momento yo tendría 3 años.

Como mi padre había tenido muy buena educación y había sido comerciante, en seguida lo contrataron en una empresa muy grande que había en Ruta 1.

Luego de que mi padre consiguió ese trabajo se mudó a una casa en La Paz y nosotros nos vinimos a vivir con él donde tuvimos un par de años lindos, recuerdo los tremendos desfiles de la vendimia como nunca más vi. Allí comencé a ir a la escuela.

Pero tiempo después vino una nube negra en nuestra familia, mi padre se quedó sin trabajo y tuvimos que alquilar una humilde casa en construcción en Pueblo Nuevo de Las Piedras, un barrio que estaba en formación, calles de barro, no teníamos luz ni agua pero era una pobreza digna. Yo tendría 8 años, recuerdo que en frente teníamos un campito donde peloteábamos los gurises. Allí comenzamos a ir a la escuela del Parque Artigas ubicada frente a la cancha de Juventud de Las Piedras donde las maestras nos inculcaban que allí había sido la Batalla de Las Piedras; era un enorme edificio con techo de paja, calido, con servicio de comedor muy bueno. Para llegar tomábamos el 130 de la empresa ENDA que nos llevaba gratuitamente. A esa escuela fui de 2º a 6º Año.

Después de Pueblo Nuevo nos fuimos a vivir al barrio Talca porque mi padre hizo un canje, él atendía la gomería en la estación de servicio y canjeaba con el dueño una cabaña muy linda en ese barrio.

P.al Día- ¿Qué recuerdos tenés del año 1950 cuando Uruguay obtuvo el campeonato del mundo en Brasil?

“Lalo” Parodi- Yo en ese momento tenía 8 años, todos los vecinos estaban con la radio afuera y nosotros escuchábamos el relato de Solé.  

P.al Día- La familia Parodi era muy futbolera…

“Lalo” Parodi- Cómo todo pobre y humilde a mí y a mis hermanos nos encantaba el fútbol, peloteábamos todo el día.

P.al Día- ¿En qué año se vinieron a Progreso?

“Lalo” Parodi- En el año ´54 nos mudamos para Progreso, mi padre había mejorado algo económicamente entonces había alquilado una casita chiquita pero recién terminada que estaba en la calle Rocha que en ese momento no tenía nombre. Mi padre era corredor, la empresa le había dado una camioneta y vendía cubiertas y mi madre consiguió un trabajo de cocinera en los Curas.

A mi me faltaba un año para terminar la primaria y seguí yendo a la escuela del Parque, tomaba el tren y después me iba caminando hasta allí.

P.al Día- ¿Cómo era “Lalo” Parodi de niño?

“Lalo” Parodi- Yo siempre fui andariego; era burro pero como todo gurí de calle era rápido…

 

“Vendí pastillas arriba de los ómnibus, repartí leche y luego pan y bizcochos con un gallego… Más adelante vendí diarios en el tren, revistas y números de lotería; había que ser muy rápido”

 

P.al Día- ¿Cuál fue tu primera experiencia de trabajo?

“Lalo” Parodi- Había vendido pastillas ASTRA arriba de los ómnibus en Las Piedras, luego fui ayudante de Bellini que era un repartidor de leche. Éramos muy pobres y muy humildes y cada vez que hacía una changa con mis hermanos le dábamos la plata a mi madre y ella me daba para comprarme un par de rancheras. 

Después fui repartidor de pan con un gallego que trabajaba muy bien, de mañana íbamos para la zona de Villa Alegría, Camino Albatros y terminábamos el reparto en Juanicó. Trabajábamos todo el día dos o tres veces a la semana y cuando terminaba la jornada nos llevábamos el pan y los bizcochos que sobraban. Al otro día de mañana comíamos bizcochos calentitos, tomábamos la leche, veníamos a buscar el caballo, preparábamos la jardinera y salíamos de vuelta.

Eso lo hice durante un par de años porque Mariano Alloza tenía reparto de diarios y precisaba un repartidor. En aquel entonces el diario valía 8 centésimos, la gente pagaba por mes y muchas casas compraban uno de mañana y otro de tarde. Vendíamos diarios en el tren que era donde viajaba el grueso de la gente, íbamos hasta Las Piedras y Juanicó.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

Además de diarios vendía revistas y números de lotería y recuerdo que un día salí en la portada del diario La Noche, el titular decía “Canillita de Progreso vendió el segundo premio” y Mariano me regaló el primer traje de pantalón largo; yo tendría 13 años, había que ser muy rápido porque en el ambiente de los canillitas había mucha competencia.

Por intermedio de un tal Martínez que vivía en Progreso a los 14 años entré en una fábrica metalúrgica en Montevideo, cambié de rubro, salí de la calle para entrar en el mundo de la fábrica. Viajábamos en tren o en ómnibus con otro compañero que iba de Progreso, dependiendo de los horarios. El trabajo en la fábrica me marcó, mi padre había trabajado por los blancos pero allí me hicieron izquierdista. Se hacían canillas de bronce para jardín y baños; yo trabajaba en la parte de grifería. Allí trabajé durante cuatro años donde aprendí cantidad de cosas, de política, de sindicatos pero el fútbol me sacó de ese ambiente.

 

“Tuve un incidente que me costó mi carrera futbolística, un día me roban la moto que había comprado en cuotas para trabajar...”

 

P.al Día- ¿En ese momento ya jugabas al fútbol?

“Lalo” Parodi- Arrancamos jugando en la cancha de los Curas, de ahí salió el As de Oro de menores y empezó lo que hoy es el Baby Fútbol; habíamos conseguido unas camisetas y hacíamos campeonato de barrio. El viejo Parodi nos dio una mano pero por su trabajo no podía estar siempre, otro que estuvo fue Aurelio Acosta y después vino el hombre que le dio un tono mas organizativo, el “Pocho Lucho” Sergio Rodríguez, que nos inscribió en la Liga de Menores de Canelones; estaba Wanderers de Santa Lucía, San Miguel de Cerrillos, Juanicó, Calle Ancha y Darling de Canelones y nosotros. Acá jugábamos en la canchita vieja de Progreso donde hoy está la Escuela 223; después se hizo la cancha nueva.

Se jugaba los domingos de mañana en la cancha de menores y en el estadio Eduardo M. Monegal; en el año ´57 nosotros salimos campeones. En esa época iba mucha gente a la cancha.

P.al Día- ¿En qué puesto jugábas?

“Lalo” Parodi- Yo jugaba de entre ala. En el año ´59 tuve la suerte de ir a la selección y salir campeón con Canelones en juveniles, el técnico era Manuel Rebollo. A esos partidos iban a verlo gente de Montevideo, recuerdo que una vez me llamaron para ir a Liverpool de Montevideo, hablé con mi padre y me dijo que sí. Fui unos partidos de práctica y me ficharon en seguida, jugué en 5ª, en 4ª, en 3ª y alternaba en el plantel principal; en ese momento no había contratos, nos daban para el pasaje.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

También se llevaron a mi hermano Carlos que se hizo jugador mimado del Negro Pototo que dirigió unos años; después se lo llevó para Salus pero como estudiaba en Canelones se fue para Liverpool de Canelones.

El Negro Pototo me hizo debutar en el Estadio Centenario, un recuerdo muy lindo que tengo. Recuerdo que jugaba el Pito Dogliotti, José Trujillo, Pedro Cubilla y Edgardo González, con estos últimos dos me hice muy amigos.

Mientras tanto yo seguía trabajando en la metalúrgica, me levantaba a las 4 y media de la mañana, trabajaba de 6 a 14 y después de ahí me iba a la práctica.

P.al Día- También tuviste un pasaje por el Club Atlético Cerro…

“Lalo” Parodi- Así es, Juanillo Aguiar que dirigía a Cerro me manda a buscar, hablaron conmigo, me sacaron de la fábrica para que pudiera ir a entrenar y me consiguieron otro trabajo en una fábrica de galletitas haciendo la suplencia a todos los vendedores que tenía la empresa en varios barrios de Montevideo; tenía que visitar los comercios y ver qué productos hacían falta para que no quedara desabastecido. Nosotros no podíamos dejar que se vacíen las latas aquellas de vidrio en las que se ponían las galletitas. Allí trabajé con gente que me enseñó a andar en la calle, obviamente que de otra forma a como yo solía hacerlo. Me dijeron que tenía que comprarme una moto para visitar uno a uno los clientes.

Fue así que en la década del ´60 comencé a jugar en la 3ª de Cerro que tenía un cuadrazo. Yo andaba muy bien y alternaba en primera algunos partidos. En aquel entonces era difícil jugar en primera siendo joven porque los equipos eran siempre los mismos y se nutría de la reserva y de los gurises que venían de abajo. En esa época apareció Víctor Espárrago y Orlando Medina.  

Trabajaba de mañana, almorzaba en lo de mi tío que vivía en el Cerrito de la Victoria, de tarde íbamos a practicar y de noche venía para Progreso.

Luego tuve un incidente que me costó mi carrera futbolística, resulta que un día me roban la moto que la había comprado en cuotas para trabajar. Anímicamente estaba muerto y tenía que terminar de pagarla pero en el fútbol no me daban nada, solo el viático.  

Les conté lo que me había pasado a la comisión directiva, me dijeron que aguantara que ya estaba terminando la temporada pero yo me fundía caminando en la mañana y además no me daba el tiempo para cumplir con todos los clientes. Les propuse que si ellos me pagaban una plata yo dejaba de trabajar pero sobraban jugadores, como yo tenían un lote, quedé ahí y después apareció un amigo de un directivo que me invitó a ir al Santa Bernardina de Durazno y terminé jugando allá; Juanillo no quería que me fuera porque iba a perder el hilo pero yo necesitaba una solución económica y ahí al menos me daban unos mangos y mientras tanto yo seguí trabajando en la empresa. Así terminó mi vida futbolística. Después de la fábrica de galletitas trabajé en una gran empresa también en Montevideo llamada Sudi.

 

“El As de Oro fue una ráfaga que pasó y dejó su marca…”

 

P.al Día- ¿Y cómo se da tu incursión como DT de As de Oro?

“Lalo” Parodi- En el año ´68 me llamaron para dirigir el As de Oro de Mayores; me metí hasta los huesos hasta el año ´71. Eran casi todos gurises de acá, nadie creía en ellos, teníamos materia prima y tiempo para entrenar. Yo volqué toda la experiencia que había adquirido como futbolista y en el año ´70 el As de Oro salió campeón de la B de Canelones. Ya en el año ´69 habíamos llegado a una triple final pero la perdimos, le ganamos a Racing y perdimos contra Liverpool. Ese equipo fue una ráfaga de viento deportivo que pasó, después de eso el equipo quedó desafiliado por no pagar.

En ese momento además de dirigir me había contactado con un judío y estaba vendiendo ropa por mi cuenta, para esa época ya me había casado, tenía gurises y tenía que rebuscarme.

Años después tu viejo, el “Pato” Peraza, me llamó para dirigir el Santa Rosa de Las Violetas, y allá fui…

 

“El Maestro Idilio Miranda me ofreció ser presentador de la Orquesta Típica Don Juan porque yo como vendedor no tenía vergüenza de hablar en público…”

 

P.al Día- ¿Cómo fueron tus inicios en el ambiente musical?

“Lalo” Parodi- En aquella época los clubes sociales estaban obligados a hacer al menos un baile al mes para los socios y a su vez estos podían llevar un hermano, un familiar o un invitado entonces yo iba con mis hermanas al Club Social Progreso y ahí conocí un músico de Progreso, el Maestro Idilio Miranda, que me ofreció ser presentador de la Orquesta Típica Don Juan porque yo como vendedor no tenía vergüenza de hablar en público. El primer baile que hice con él fue en Parador Tajes. La orquesta base se componía de dos bandoneones, un violín, piano y contrabajo y se ampliaba si el espectáculo era más grande. De momento el fútbol había quedado de lado en mi vida. Al tiempo Miranda me propone ser una especie de representante de la orquesta. Ese trabajo lo hice en verano durante un tiempo.

Más adelante, en el Club Social Progreso se estaban armando bailes y me ofrecieron presentar conjuntos en la pista chica y ahí empecé a presentar bandas locales hasta que empezaron a venir números internacionales; también estuve de mesero.

Al tiempo la comisión directiva del club dejó de organizar bailes y Neber De León que era el cantinero del club tomó la posta y empezó a organizar los bailes y me dijo que le diera una mano con la programación, y ahí tomé contacto con los artistas internacionales que venían y los contratistas.

Después el Maestro Alfredo Rivero me ofrece hacer la programación y la animación en el Club Juventud de Las Piedras los días domingos de tarde y tomé esa posta.

Asimismo también aparece otro señor que me pide trabajar en La Armonía, que hacía bailes cuando no hacía Progreso para no chocar, entonces cuando no estaba en un lugar estaba en otro por eso me conocía todo el mundo, me hice amigos de los músicos.

 

“En un momento manejé mucho dinero pero mi personalidad no me dio para hacer plata; yo la repartía y cumplía con la programación, en cambio otros…”

P.al Día- En esa época se manejaba mucho dinero en los bailes, iban miles de personas… ¿nunca hiciste plata?

“Lalo” Parodi- En un momento la comisión directiva de La Armonía me pide hacerle de delegado en las reuniones de la liga, yo ya me había alejado totalmente del fútbol pero igualmente accedí. Después empecé a organizarle bailes a los clubes de fútbol que precisaban recaudar dinero; fue así que le organicé bailes a La Armonía, Aguas Corrientes, Santa Lucía y Budapest. Yo les montaba el espectáculo, se los promocionaba, me encargaba de pagarle a la orquesta y se la presentaba. Así arranqué a hacer bailes sin plata. En un momento manejé mucho dinero pero mi personalidad no me dio para hacer plata. Yo la repartía y cumplía con la programación en cambio otros sí hacían plata porque hacían bulto anunciando mucho y después algunos artistas no iban.

 

(desde acá)

Estamos hablando del año ´75 y a pesar de que vivíamos un momento político jodido los bailes eran furor, era como una válvula de escape. Iba mucha gente a los bailes porque no había lo que hay hoy, el Club Social Progreso llegó a vender 3.500 entradas en el furor de Beto Orlando y los Cuatro Soles.

Hasta que un día vino la comisión directiva del Club de Bochas Santa Lucía y me pidieron que trabajara con ellos y así comencé a trabajar allí con toda esa organización que yo tenía.

 

“Aquel día le pedí a Sergio Etcheverry si le podía prestar los equipos a los muchachos de Jamaica que también tocaban esa noche, me dijo que sí y así fue que arrancó Jamaica a tocar conmigo…”

 

P.al Día- Días atrás el grupo Jamaica celebró sus 35 años de vida en el Teatro Politeama de Canelones y tu fuiste invitado por haber sido quien presentó al grupo por primera vez, ¿es así?

“Lalo” Parodi- Sucede que en los bailes no podías tener baches, si no había orquestas tenías problemas porque ponías impaciente a la gente; siempre tenía que estar tocando una orquesta. Yo en ese momento estaba organizando bailes en Santa Lucía, hablé con Sergio Etcheverry que tenía una orquesta llamada Super Charanga para invitarlos al baile y le pedí si le podía prestar los equipos a los muchachos de Jamaica que también tocaban esa noche, me dijo que sí y así fue que arrancó Jamaica a tocar conmigo; en el marco de sus 35 años me invitaron para agradecerme públicamente lo que yo había hecho por ellos pero lo único que hice modestamente fue conseguir un amigo que les prestó sus equipos para que ellos arrancaran y se sintieran felices haciendo lo que les gustaba. Es como cuando te dan la oportunidad de jugar en primera, yo solo fui como fueron conmigo, hoy en día me ven y me saludan, por eso siempre digo que mi capital está en la calle. De los que me conocen en todos los ambientes que he estado recibo muestras de afecto y cariño, qué más puedo ambicionar que eso.

P.al Día- También incursionaste en la comunicación, en la publicidad rodante y red de altoparlantes; conducción de carnavales, etc.

“Lalo” Parodi- Mis actividades siempre estuvieron entrelazadas, fueron un poco simultáneas… El asunto de la rodante yo ya la había hecho hace muchísimos años, con un señor Arrieta de apellido, vasco él…  que vivía en el Km 32. Tenía una camioneta y con una bocina (parlante), yo le daba una mano, el precisaba alguien que fuera promocionando los productos, remates, etc. No era grabado, se iba voceando. Me acuerdo del primer locutor que tuvo Progreso, el “Teño” Cabrera. Salía también en camionetas, hacía propaganda y era el locutor en el tablado del “Gone”.

Yo eso lo hacía con naturalidad, estaba acostumbrado a presentar en los bailes… y eso lo aproveché para el fútbol, conseguía unos avisos y apoyaba al “As de Oro”.

Después más adelante cuando dejo de hacer bailes por mi cuenta, porque los números ya no daban, un señor que conocía del ambiente me invita a ir a trabajar en el verano a la Costa de Oro. Afiches, pintada de carteles y publicidad rodante, el me proporcionaba todo el material. Llegué a estar en el gran baile de la Cerveza en Parque del Plata, había que verlo, mucha gente…

Cuando vine de la costa, ya los bailes no se hacían y un hijo mío, Marcelo, me dice porque no empezás a hacer esto para vos. Me ofrece su motito, le puse una bocina y ahí comencé. Hacía todo, conseguía el anuncio, lo grababa y hacía la rodante… Eso fue a partir del año 90, más o menos, casi treinta años ya.

Siendo presidente de la Liga Departamental Néstor Santos me ofreció hacer en el Estadio Monegal lo que hacía acá en la vuelta, llevar las bocinas y pasar avisos. Estuve varios años también allí.

P.al Día- Hace poco tuviste un quebranto de salud pero te recuperaste bien y seguís en el ruedo…

“Lalo” Parodi- Hago lo que siento y lo que puedo, pensé que nunca me iba a pasar porque yo andaba como balazo pero después de este quebranto de salud me he dado cuenta que hay mucha más gente que me quiere y que me aprecia de lo que yo pensaba. Sufrí un infarto, por suerte pude superarlo.

Mis hijos me han rodeado mucho, me dijeron: “viejo no hagas más nada, no tenés que hacer más nada”.

Ahora alguna cosita hago, le doy a un muchacho que estaba sin trabajo, para que ande en la motito… a mi mucha gente me ayudó también, y yo trato de ayudar al que necesita.

 

Habría mucho para hablar con Luis Eduardo Parodi, el “Lalo”, por todo lo que ha vivido. Un tipo que tuvo mil oficios y actividades; nunca se la creyó, siempre con esa sonrisa y buen humor característico, el don de buena gente y el espíritu solidario.