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20/10/2020

Entrevista a Néstor Valla, un referente de Juanicó

Néstor Walter Valla Cabrera (87) nació el 9 de marzo de 1933, es hijo de Eugenio Enrique Valla y Petrona Cabrera, e integrante de una familia que ha sido referente en Juanicó, desde lo productivo, comercial, deportivo y social.
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Néstor vivió toda su vida en la zona de Juanicó, sobre el camino Al Gigante (aun de tierra) a pocos metros del camino o carretera Nacional; concurrió a la Escuela Nº 9 que ya hacía dos décadas estaba situada frente a la Estación de ferrocarriles y culminó primaria en la Escuela 102 de Canelones. Su intención era aprender el oficio de mecánico tornero por lo que cursó dos años en Escuela Industrial pero rápidamente abandonó sus estudios y se dedicó a trabajar. A los 17 años junto con su hermano Héctor Enrique fundaron un comercio dedicado a la venta de lubricantes, neumáticos, tractores, camionetas, automóviles, camiones y motonetas bajo la firma “Héctor y Néstor Valla” ubicado a la altura del Km. 37.500 del entonces Camino Nacional (hoy Ruta 5), al cual estuvo vinculado durante toda su vida.

Desde pequeño y siguiendo los pasos de su padre se vinculó al Club Atlético Juanicó, el club de sus amores donde integró varias comisiones, fue presidente e incluso tuvo una breve etapa como jugador.  

Hoy, ya jubilado, Néstor disfruta de sus cuatro sobrinos, ocho sobrinos nietos, y seis sobrinos bisnietos, algunos de los cuales ya han vestido la rojinegra.

Está casado con Margara Artola desde hace 40 años, pero hace 60 que están juntos. 

En dialogo con el “talita” como lo apodan, nos cuenta recuerdos de su infancia, la escuela, el barrio, sus amistades, su adolescencia, y sus dos pasiones, el comercio y el Club Atlético Juanicó.

 

“A los 15 años le dije a mi padre que quería trabajar y puse un reparto…”

 

P.al Día- ¿Qué recuerda de su niñez?

Néstor Valla- Nosotros íbamos a la Escuela de Nº 9 de Juanicó que en aquella época era hasta 3º Año y estaba situada donde está actualmente; recuerdo que éramos pocos alumnos y una de las primeras maestras que tuve le decíamos la “morocha”, después vino el Maestro Gregorio Migues Vieyte, un señor maestro; la escuela tenía dos plantas, abajo estaban los salones y arriba vivía el Maestro Migues Vieyte con su familia.

La entrada de Juanicó era un camino de tierra, se formaban unos barriales tremendos entonces íbamos a la escuela descalzos y cuando llegábamos nos lavábamos los pies y nos calzábamos.

Después de ahí pasé a la Escuela 102 en Canelones donde cursé 4º, 5º y 6º Año. Recuerdo que en 4º Año tuve de maestro al “Negro” Portugal y en 6º a la Maestra Aurora Borbonet, una muy buena maestra.

P.al Día- ¿Luego hizo Secundaria?

Néstor Valla- Hice dos años de Escuela Industrial (UTU) porque quería ser mecánico tornero; hice nueve trabajos a lima y cuando quise ir a buscarlos para retirarlos no estaban, no sabemos que pasó (recuerda con humor).

A los 15 años aproximadamente le dije a mi padre que quería trabajar, y junto con el “Petiso” Melo que era el chofer pusimos un reparto para la zona de Colonia Moricci, repartíamos fardos, maíz, afrechillo y bolsas de harina que se le daba a pagar a los clientes de año a año con la cosecha. El “Petiso” era un muy buen compañero, además de ser un empleado era un amigo nuestro con el que pasábamos ratos muy lindos, nos pasábamos tomando vino y comiendo salchichón casero (risas).

P.al Día- ¿Dónde vivía?

Néstor Valla- Nosotros vivíamos sobre camino Al Gigante, lo que hoy es San Marcos, a pocas cuadras de la Ruta 5 donde muchos años vivió la familia Tejera. El temporal del 2002 lo derribó y yo lo hice reparar como una forma de mantener en pie el hogar donde nosotros habíamos crecido. Después mi padre construyó la casa donde vivimos actualmente, sobre la Ruta 5, frente al comercio o sea que viví toda la vida en el mismo campo.  

P.al Día- ¿Cuál era la diversión en aquella época?

Néstor Valla- Jugábamos a la pelota en la calle, bajábamos los comatí para comer la miel con el “Cantor” Martínez que era un amigo que tenía, en casa también teníamos una cancha de fútbol y una cancha de bochas donde jugábamos con el “Chiche” Barca que era un vecino nuestro y un gran amigo.

P.al Día- Su familia en esa época tenía un comercio donde vendían forrajes y también tenía maquina trilladora, ¿no es así?

Néstor Valla- Así es, mi padre se sumó al trabajo de las trillas pero el que comenzó con la trilladora a vapor fue mi abuelo Francisco Valla. Las últimas trillas las hicimos en el campo de Moricci. Se hacía todo con yuntas de bueyes y era un trabajo que implicaba un sacrificio tremendo, se paraba solo para comer.

P.al Día- Luego en el año ´50 junto con su hermano fundan el comercio bajo la firma “Héctor y Néstor Valla”…

Néstor Valla- Así es, yo tenía 17 años; en esa época vendíamos tractores, camiones Citroen, después se fue agregando alguna cosa de acuerdo a las necesidades de la zona como herramientas y vehículos; el primer auto que tuvo el comercio fue un Pontiac del año 29 y después de ahí fuimos saltando. También vendíamos combustible, al principio eran tambores de 200 litros que se traspasaban a bidones de 20 litros y más tarde instalaron surtidores a manija pero al construirse la nueva Ruta 5 los metros del retiro del terreno no posibilitó más la instalación de surtidores.

En el año ´60 la firma pasó a ser “Valla Hnos. S.A.” comenzando la representación de la marca Massey Fergunson con la venta de tractores, maquinarias y repuestos; trajimos tractores 35 y le vendimos a muchos productores de la zona como Bartora y Risso, incluso todavía están andando y algunos ni siquiera le han tocado el motor; eran irrompibles.

 

 “En el año ´80 vendimos 100 tractores en 9 meses…”

 

P.al Día- ¿Cuál fue la época de mayor auge del comercio?

Néstor Valla- En el ´80, ya con Enrique (Valla) incorporado, vendimos 100 tractores en 9 meses, un promedio de 11 tractores por mes porque los productores estaban muy bien económicamente y el dólar se mantenía estable.

En la década del ´90 se incorpora la venta de automóviles arrancando con Ford, Subaru, Volkswagen y ahora Toyota, Suzuki y JMC; maquinaria agrícola no estamos vendiendo más porque las cosas han cambiado, hay mucha competencia y todo no se puede abarcar.

P.al Día- ¿Cuáles eran sus andanzas en su época de juventud?

Néstor Valla- Íbamos acá a los bailes de José Ángel Batto conocido como el “Nene” Valla que era un primo hermano mío donde venían orquestas muy buenas como Donato Racciatti, Romeo Gavioli, Carlos Gilardoni, etc. Si no había baile acá íbamos a los bailes de Dogliotti o Solano Fernández; además se hacían carreras de sortijas donde se juntaba una gran cantidad de gente y también jugábamos a la 31; siempre andábamos con pocos pesos y un día ganamos un montón de plata y pagamos la entrada al baile y tomamos toda la noche.

 

“Yo jugué en la reserva de Juanicó pero fue una carrera corta porque me gustaban más los bailes que el fútbol…”

 

P.al Día- Los Valla fueron una familia vinculada toda la vida con el Club Atlético Juanicó…

Néstor Valla- Así es porque queríamos al cuadro y era lo que había acá; la gente iba mucho a la cancha. Mi padre fue el primer presidente, incluso la primera reunión de la comisión directiva se hizo acá en el comercio familiar y la primera cancha se marcó en el campo de la familia también.

Yo jugué en la reserva cuando la cancha estaba en el campo de Aíta pero fue una carrera corta porque era medio pata dura y me gustaban más los bailes que el fútbol. Luego fui presidente y estuve en todas las comisiones ayudando y colaborando. En el ´57 Juanicó asciende a la A y en el ´58 entre las familias Massaro, Aíta y Valla se compra el campo de Domingo Morando que es donde está la cancha actualmente; en ese predio hubo incluso hasta una comisaría.  

P.al Día- ¿Qué época disfrutó más del Club Atlético Juanicó?

Néstor Valla- Cuando salíamos campeones; tuvimos festejos muy buenos, en el salón del “Nene” Valla se hacían vaquillonas con cuero y se juntaban 300 personas. Teníamos un cañón que lo traíamos de la criolla de Las Piedras y lo usábamos para los festejos.

P.al Día- ¿Cuáles fueron los mejores jugadores que vio jugar en Juanicó?

Néstor Valla- Hubo muchos grandes jugadores, te puedo nombrar a Ubaldo y Heber Baccino, el “Pato” Peraza era un señor jugador, los Bartora, los Zico, Masseira que era golero, Mario Rodríguez, el “Negro” Saravia, Horacio Franco, también hubo algún bandido pero la mayoría eran sanos. Me acuerdo que había un jugador de apellido Sande que era de La Paz que podría haber jugado en cualquier equipo de Montevideo. Decía que era electricista pero nunca hizo nada, era un bandido, vivía tomando. Una vez jugábamos contra Cerrillos y fue mamado, nos pidió que le diéramos gaseosa y algo para el malestar, lo tomó, ganamos el partido y fue uno de los mejores jugadores de la cancha.  

P.al Día- ¿Recuerda alguna trifulca grande que le haya quedado marcada?

Néstor Valla- Se armaban líos tremendos sobre todo entre Juanicó y Progreso porque había mucha rivalidad, pero recuerdo un lío con Abayubá; en esa época jugaban el Heber y Ubaldo Baccino y cuando se armó el lío se pusieron espalda con espalda y repartieron tanta trompada que al final se terminó el lío.

P.al Día- ¿Cómo ve el club actualmente?

Néstor Valla- Lo veo muy bien, a nivel institucional el club viene creciendo, se hizo un salón, tenemos una cancha preciosa, se está haciendo la cancha nueva y este año estamos cumpliendo los 97 años; ojalá pudiera llegar a vivir el centenario de Juanicó, pasa que los motores empiezan a fallar pero le hacemos un cambio de aro y vamos tirando (risas). A nivel deportivo estamos en la década más ganadora del club. Yo voy a todos los partidos a hinchar por el equipo y cuando hay que poner algún “garbanzo” también lo hago como lo hice siempre.       

 

“El Gimnasio fue una obra muy buena que hizo el Padre Emilio, era un fenómeno…”

 

P.al Día- ¿Qué reflexión le merece la creación del Gimnasio Juanicó allá por la década del ´70?

Néstor Valla- El Gimnasio Juanicó fue una obra muy buena que la hizo el Padre Emilio Vanoni que trabajaba de albañil, era un fenómeno, un cura muy macanudo; cuando me veía me decía que me portara bien y yo le hacía caso.

A través de las décadas el Gimnasio tuvo altibajos, con el tornado del 2002 estuvo inactivo mucho tiempo, pero luego de lo que fue la recuperación el gimnasio ha crecido y está funcionando muy bien.

P.al Día- ¿Por qué lo apodan “talita”?

Néstor Valla- “Talita” me lo puso un amigo mío, el “Loco” González que era jugador de Libertad porque el tala es una madera dura entonces como yo tomaba y tomaba pero estaba siempre fresco me decía que era duro y me quedó ese apodo. Con él nos íbamos a pescar río arriba –rumbo a la Barra de Santa Lucía- junto con otros amigos y nos pasábamos tomando y comiendo.

P.al Día- También tenía su barra de cacería…

Néstor Valla- Sí, íbamos de cacería con Bernardino Aita, Hugo Risso, Oscar y Omar Moizo, me acuerdo que una vez matamos 86 martinetas, las trajimos y las repartimos entre todos. Generalmente íbamos a Young y acampábamos en las termas de Guaviyú.

Siempre me gustó bastante la garufa.

 

“Hace 20 años estoy jubilado pero todos los días vengo al comercio…”

 

P.al Día- ¿Cómo es un día suyo hoy?

Néstor Valla- Cruzo de mi casa al comercio y del comercio a casa. Hace 20 años que soy jubilado pero igual vengo al comercio a conversar con Enrique y mi sobrina nieta María Emilia y colaboro con lo que puedo; ahora con el tema de la pandemia frené un poco. No manejo mucho pero todavía tengo libreta, a veces voy a la cancha, la recorro, doy una vueltita y me vengo. También tengo un rancho de madera en Parque del Plata que compré hace un tiempo que lo disfrutamos en verano y para algún festejo familiar.

La verdad que no me puedo quejar, estamos contentos y por suerte vivimos bien. Tenemos una familia muy numerosa y unida, y eso me hace disfrutar de la vejez.

P.al Día- ¿Además de Juanicó de qué cuadro es hincha?

Néstor Valla- Mi cuñada “Pichinga”, Margara y yo somos de Nacional, después son todos de Peñarol. Mi padre era colorado y de Peñarol, yo salí de Nacional y blanco.

P.al Día- Tiene sobrinos, sobrinos nietos y sobrinos bisnietos, varios de los cuales se han puesto la rojinegra…

Néstor Valla- Así es, desde niños jugaron mis sobrinos Enrique y Horacio en el baby fútbol, luego Enrique siguió y llegó a jugar varios años en Primera.

Luego mi sobrino nieto, Felipe, que empezó en el baby, se fue a vivir a EE.UU. y volvió para jugar en Juanicó, también en Primera. Se dedicó al fútbol, se fue a Montevideo y ahora hace varios años está jugando en el exterior (actualmente en Aldosivi de Mar del Plata). Pero es muy hincha de Juanicó, como toda la familia…

Ahora está jugando Francesco (sobrino nieto) en el baby, y dentro de poco lo hará Renzo que ya le pega con las dos piernas. Alvarito (hijo de Felipe) y Benjamín (hijo de Valentina) son pequeños y no viven acá, pero ya tienen sus camisetas de Juanicó.

P.al Día- Muchas gracias por habernos recibido y compartir con nuestros lectores tu historia de vida…

Néstor Valla- Agradecerte a ti por la nota.