Tenía actualmente sedes en Juanicó, Cerrillos y Las Piedras –tras el cierre de su sede en Progreso, en principio por razones estratégicas-; y daba cobertura de emergencia médica móvil a unos 1.500 socios particulares –según trascendió- a quienes dejó sin atención, además de cobertura a empresas, residenciales, clubes deportivos, entre otros. También tenía convenios con distintas mutualistas, los que dejó de cumplir en forma imprevista y sin previo aviso.

De acuerdo a declaraciones de una funcionaria, que habló en representación de los trabajadores, “más de 50 personas entre administrativos, chóferes, enfermeros, camilleros, auxiliares de servicio y médicos trabajaban para la empresa, quienes quedan sin su fuente laboral y con deudas a cobrar”.

A los funcionarios se les estaría adeudando el aguinaldo, tres meses de ticket alimentación, el salario de julio, más lo trabajado en agosto.

Según les comentaron de parte de la empresa, el cierre se da porque tienen deudas que son inviables de afrontar y tampoco tienen dinero para aquellos funcionarios que deberían pagarle despido.

Los trabajadores señalan que “no saben hacia dónde se fue el dinero, trabajo había mucho y se facturaba”.

El Grupo SVA el pasado fin de semana cerro sus sedes de Mercedes, Dolores y Cardona dejando a 90 trabajadores sin trabajo y a los cuales, al igual que en las sedes de Canelones, se les adeuda pagos.

Nota en base a información extraoficial y La Gaceta