P.al día- ¿Qué edad tiene?
Isidro Martínez- Tengo 86 años.
P.al día- ¿Dónde nació?
Isidro Martínez- Nací en Sarandí Grande, Florida, en la casa de mi abuela en la época que las parteras iban a las casas pero nosotros vivíamos en Pintado. Fue un 15 de mayo de 1938, día de San Isidro; de ahí mi nombre.
P.al día- ¿Cómo estaba compuesta su familia?
Isidro Martínez- Mi padre se llamaba Emilio Martínez y mi madre Juana González. Soy el segundo de cinco hermanos, tengo dos hermanas y dos hermanos más.
P.al día- ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
Isidro Martínez- Mi padre un tiempo trabajó en una carnicería en Pintado, pero luego trabajó en una estancia cerca de Pintado. Era un peón rural, fue encargado de un “puesto” como se decía antes en las estancias, estaba a cargo de dos o tres potreros, en el fondo del campo. Después estuvo en un campo donde ordeñaba las vacas y los dueños le daban una parte para que él plantara y yo lo ayudaba; plantaba de todo y me acuerdo que ya con seis años lo ayudaba a arar con los bueyes y también sembraba maíz, iba con un tarrito con maíz sembrando delante de los bueyes –antes que los pájaros se lo comieran-.
P.al día- ¿A qué escuela fue?
Isidro Martínez- A los 8 años mi tía –que era casada con un maestro- me vino a buscar para ir a una Escuela Rural que quedaba cerca de Sarandí Grande por la ruta que va a Polanco del Yi. Hice 3° y 4° que era lo que había. Éramos pocos alumnos y había un solo maestro para todas las clases. Yo ya había aprendido muchas cosas porque mi madre nos mandaba con una muchacha que nos enseñaba a leer y a escribir.
En la semana me quedaba en lo de mi tía, en la escuela, y los fines de semana íbamos a la casa de mi abuela en Sarandí Grande. Algún fin de semana también me iba a mi casa que mi padre había alquilado cerca de Pintado.
P.al día- ¿De dónde surge el apodo Dique?
Isidro Martínez- De chico ya me decían así pero no sé por qué, a mi madre le gustaba mucho leer y quizás lo sacó de algún personaje y me quedó; en realidad el apodo es «Dickie», pero todos me llaman «Dique».
P.al día- ¿A qué edad llegó a Progreso?
Isidro Martínez- Llegamos a Progreso en el año ´50, yo estaba a punto de cumplir los 12 años. Mi padre habló con Guillermo Perdomo y le pidió para trabajar en el tambo que quedaba allá pasando la vía, en el Km 30. Estuvimos viviendo un tiempo en un ranchito que había allí.
“A los 12 años empecé a trabajar con el «Nene» Pérez como herrero y ahí aprendí el oficio…”
P.al día- ¿A qué edad comenzó a trabajar como herrero y cómo aprendió el oficio?
Isidro Martínez- Como éramos varios hermanos y el sueldo rural de mi padre no alcanzaba, a los 12 años empecé a trabajar con el “Nene” Pérez como herrero y ahí aprendí el oficio. Me venía caminando por la vía férrea desde el Tambo de Perdomo hasta acá, hacía cuatro viajes porque venía de mañana, iba a mediodía, comía, volvía a las 2 de la tarde, y me iba después a las 6 y pico de la tarde hasta que en el año ´53 Perdomo nos dio una casa vieja grande donde está la galería en la cual vivimos hasta el ´58.
P.al día- ¿Qué tipos de trabajos se hacían en aquella época?
Isidro Martínez- El “Nene” Pérez había empezado a hacer arados para viña, después empezamos a hacer niveladoras, rastras de dientes, todo para los tractores que vinieron en el ´50 que eran angostitos para que entraran en las viñas; me enseñaba muchas cosas, me decía vamos a hacer tal cosa y él se iba y yo me quedaba solo y así fui aprendiendo el oficio… A la mañana cuando yo llegaba tenía que llamarlo porque el se quedaba hasta muy tarde de noche reparando radios y televisores y de mañana se dormía, entonces le golpeaba la ventana, me tiraba la llave y yo abría, prendía la fragua y calentaba el agua para el mate. Al poco tiempo me puso a trabajar en un torno chico que tenía, después me puso a soldar, hasta que me empezó a dejar calentar algún fierro y a doblar. La fragua es donde se calienta el herraje para poder moldearlo. Se prende con carbón, llega una temperatura cercana a los mil grados y hay que trabajarlo rápido cosa que no se enfríe; después que se termina hay que darle un temple, algunos templan con grasa, otros con aceite, otros con agua; a mí me gusta más templar en el agua.
P.al día- ¿Qué cosas aprendió a hacer con el “Nene” Pérez?
Isidro Martínez- En lo del Nene Pérez aprendí a hacer el herraje para las cajas de los camiones. Las carrocerías para volcadoras eran sencillas porque llevaban poco fierro, las que llevaban más trabajo eran las que tenían baranda y que llevaban puerta al costado. Después empezamos a hacer aberturas como puertas y ventanas. Como yo quería salir adelante y progresar hacía trabajos fuera de hora para agarrar más plata. A veces me quedaba hasta las doce de la noche trabajando.
P.al día- ¿Llegó a herrar caballos?
Isidro Martínez- No porque cuando comencé con el Nene Pérez ya estaba trabajando con herramientas agrícolas porque era la época que habían aparecido los tractores.
P.al día- ¿Cuánto tiempo trabajó allí?
Isidro Martínez- Con el “Nene” trabajé 14 años, desde los 12 hasta los 26. Después Nessi puso un local de venta de tractores y de fertilizantes y me dijo si yo quería trabajar con él, como herrero principal, hablé con el “Nene” y no me hizo problema, «si te sirve quedate, y si no te sirve vení cuando quieras» me dijo, y en el ´64 empecé con Nessi hasta que cerró el negocio en el 2000 porque hacía dos meses que no entraba nadie; estuve casi 35 años trabajando allí.
Ya eran tiempos de crisis, la economía andaba muy mal, y la granja de esta zona ya no era pujante.
P.al día- ¿Después de ahí a dónde fue?
Isidro Martínez- Nessi me preguntó qué iba a hacer, si me iba a jubilar, y le dije que capaz ponía algo en casa en un galpón que me había hecho para un cachilo que tenía. Yo ya había comprado una pulidora y una máquina de agujerear chiquita para hacer alguna cosa. Me dijo que si necesitaba las herramientas me las vendía a buen precio y le compré algunas -menos el torno porque no me alcanzaba- y como recién estaba arrancando no quería deber nada; además solo quería hacer trabajos chicos. Al final el torno me lo dio a cuenta, al otro día ya empecé a trabajar y ya hace 24 años que estoy acá.
Al principio hacía soldaduras y ese tipo de cosas, era una época complicada en la que mucha gente se endeudó y no tenía para pagar pero yo no los dejaba nunca a pie.
P.al día- La época anterior, las décadas de los 70 y 80 fueron de mucho movimiento para la granja y la producción de la zona…
Isidro Martínez- Así es, fue una época de mucho movimiento donde se hacían muchas herramientas, la gente compraba disqueras, niveladoras, arados de mesa. Había muchos productores y estaba todo plantado.
Hubo un momento que no dábamos abasto; llegamos a hacer cinco disqueras excéntricas grandes juntas en el ´74. Me acuerdo que yo las iba armando y otro las soldaba y las íbamos sacando para afuera y las pintábamos, lo mismo con las atomizadoras.
P.al día- Me contaba que de muy joven pudo hacerse la casa, aquí donde vive aún en Villa Perdomo…
Isidro Martínez- Sí porque nosotros estábamos alquilando, entonces cuando agarré un poco de plata hablé con Perdomo para que me salga de garantía y saqué un préstamo en la Caja Popular para comprar un terreno y hacer una casa. Me acuerdo que eran 2.500 pesos que necesitaba para empezar y con eso compré bloques, ladrillos, portland, arena y piedra.
En una semana hice todos los pozos, tenía un cuñado que trabajaba de albañil que fue quien me ayudó a armar las tablas para las vigas y a levantar paredes y yo le hacía de peón hasta que tuvo un accidente, estuvo internado un tiempo y terminé de hacerla yo solo. La casa la empecé en febrero del ´58, yo tenía 19 años, y en diciembre de ese mismo año ya nos habíamos mudado con mi padre y mis hermanas. Faltaban los contrapisos que los iba haciendo los fines de semana y no estaba revocada pero nos mudamos igual porque ya no había que pagar alquiler ni nada y después seguí arreglando la casa de a poco porque la plata que había sacado me dio justo.
P.al día- ¿Que hobby tenía de joven?
Isidro Martínez- Hacía mucho deporte, jugué al voleibol unos cuantos años en los campeonatos nacionales y al fútbol en los campeonatos que se hacían allá en el 30, iba al gimnasio de Las Piedras porque acá no había gimnasio; ahí se hacía voleibol, básquetbol, boxeo, y nos entreverábamos en eso.
P.al día- En fútbol en esa época Progreso tenía un muy buen equipo, ¿era de ir a la cancha?
Isidro Martínez- Algunas veces sí en el tiempo que jugaba Jiménez, Larrategui, Omar Martínez, los hermanos Rodríguez, Krolac, Nelson Leone, Coco Leonardi.
P.al día- ¿Y cuándo formó su familia?
Isidro Martínez- En el ´64 me casé, tuve tres hijos, el varón mayor falleció hace un año y poco. Eso me afectó mucho, perder un hijo es lo peor que le puede pasar a un padre. Mi señora ya había fallecido sino se habría enloquecido.
P.al día- ¿Es un oficio que está en extinción o sigue habiendo trabajo?
Isidro Martínez- Yo trabajo tengo porque las herramientas se siguen rompiendo pero ya no es como antes que habían más herreros; por ejemplo yo ahora tengo muchos clientes que vienen de Canelón Chico porque había un herrero que no está más, tengo clientes del Colorado, de Juanicó, de Las Violetas, de todos lados…
Ya casi no quedan más herreros de fragua porque es un trabajo vamos a decir sucio, muy artesanal donde tenés que tener un poco de habilidad porque no es simplemente dar martillazos y la muchachada no agarra para esos trabajos, hacen más bien tornería, metalúrgica.
P.al día- ¿Qué tipo de trabajos son los que más hace actualmente?
Isidro Martínez- Reparaciones de todo tipo de herramientas agrícolas; no hago tanta fabricación como antes y por ahora la voy llevando bien así que voy a seguir en eso.
P.al día- ¿Alguna vez intentó enseñarle el oficio a alguien?
Isidro Martínez- Una vez vino una madre y me pidió si yo no le podía enseñar a su hijo que estaba haciendo una pasantía en la UTU pero no ponía mucha atención y así es difícil aprender. Cuando estaba en lo Nessi le enseñé el oficio a José Rosello y aprendió mucho.
P.al día- ¿A ninguno de sus hijos le gustó el oficio de herrero?
Isidro Martínez- No, el mayor tenía bastante manualidad para hacer cosas pero agarró para otro lado.
P.al día- ¿Se puede decir que usted es el último herrero agrícola, de la vieja escuela, en la zona?
Isidro Martínez- No lo sé, puede ser, en Progreso está Mayobre que trabajaba con “El Pampa”, Miranda, pero me parece que hacen más tipo herrería de obra. Lo mío es herrero agrícola.
“Voy a trabajar hasta que me dé el físico, me hace bien…”
P.al día- Tiene 86 años y hace 74 que trabaja de herrero... hasta cuándo piensa seguir trabajando?
Isidro Martínez- Hasta que me dé el físico, es algo que lo hago con gusto y también porque me da un mejor pasar económico porque no tengo una buena jubilación y además me despejo un poco porque la perdida de mi señora hace cinco años me afectó mucho y acá siempre converso con uno o con otro. Me gusta estar en actividad también corto el pasto en casa porque son cosas que me distraen.
P.al día- Esta semana se hizo un reconocimiento a los herreros de Progreso, ¿qué le pareció la iniciativa?
Isidro Martínez- Pienso que está buena la idea porque es un oficio que se va extinguiendo y para la gente mayor tener un recuerdo de ese tipo lo reconforta.
P.al día- ¿Usted tuvo vínculo con “El Pampa”?
Isidro Martínez- Al Pampa lo conocí muy chico, no teníamos una relación cercana pero vino algunas veces acá a buscar carbón porque no conseguía. Cuando yo vivía en la galería iba por la Calle del Medio y veía al “Nene” Pérez y al “Pampa” los dos herrando, ese recuerdo lo tengo patente.
P.al día- ¿Siempre tuvo decidido que quería ser herrero?
Isidro Martínez- Desde chico siempre me gustaron los fierros; cuando era gurí hacía juguetes con latas y maderas, hice una torrecita para un molino de agua, a mi hermana le hice un juego de dormitorio para la muñeca, todas esas cosas.
P.al día- ¿Si volviera a nacer volvería a ser herrero?
Isidro Martínez- Yo creo que sí porque me parece que sería hasta más fácil aprender ahora.
“El Nene Pérez para mí fue muy importante; me enseñó todo lo que sé y me trató como un hijo…”
P.al día- ¿Qué significó el “Nene” Pérez en su vida?
Isidro Martínez- Para mí fue muy importante y le voy a estar agradecido toda la vida porque me enseñó todo lo que sé. Me trató como un hijo, me llevaba a todos lados, le gustaba ir a cazar y yo iba con él.
P.al día- ¿Trabajó en algún otro lugar además de la herrería?
Isidro Martínez- Trabajé en el cine pasando películas, que era del Nene Pérez y de Guillermo Perdomo. El cine empezó en el año ´56 que estaba allá en Las Barreras.
Después se hizo el cine nuevo -actual BPS- y con otro muchacho pintamos todas las butacas en una licencia que tuve. Estuve como dos años pasando matinée y después me desvinculé porque tenía otros trabajos para hacer y además me robaba toda la tarde del domingo.
P.al día- ¿Cómo se lleva con los clientes?
Isidro Martínez- Siempre tuve buen trato, algunos son amigos, recién estuvo Dino (Ballauri) que tiene una chiquera para traerme, lo conozco de toda la vida y sé que me aprecia mucho y yo lo aprecio a él porque conmigo se ha portado bien siempre. Así con todos los granjeros y chacareros de la zona.
P.al día- Muchas gracias por compartir su testimonio con nuestros lectores y esperemos que siga trabajando muchos años más…
Isidro Martínez- Gracias a ustedes por la nota, me agradó mucho contar y revivir todas estas cosas.