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15/10/2025

Acto conmemorativo del 50º aniversario de la Escuela Especial 223

El pasado viernes 3 de octubre se llevó a cabo el Acto Conmemorativo del 50º Aniversario de la Escuela Especial 223 de Progreso.
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Este centro educativo especializado ofrece desde 1975 educación a estudiantes en condiciones de discapacidad, que requieren apoyos permanentes, principalmente en el área de comunicación, desarrollo adaptativo, autonomía personal y apoyo a las adecuaciones curriculares. Se enfoca en brindar atención individualizada y recursos también para las familias, trabajando tanto en las fortalezas como en los desafíos de los estudiantes.

Estuvieron presentes en dicha instancia el equipo docente, no docente, alumnos de la escuela, comisión de fomento, Consejera Daysi Iglesias, Consejera Elvia Pereira, Inspectora Nacional de Educación Especial, Alejandra Clavijo, Inspector Regional de Canelones Oeste, Mario Ibarra, Inspector Departamental, Raúl López, Inspectora de Zona de Educación Especial, Carol Páez de Canelones Oeste, e Inspectora de Zona de Educación Especial de Montevideo Este y Canelones Costa, Emilia Trinidad, Jefa Administrativa del departamento, Nilda Calandria, el alcalde del municipio de Progreso, Claudio Duarte, padres, maestros y directores retirados, exalumnos, vecinos de la comunidad.

 

“Creemos con gran optimismo y entusiasmo que la escuela seguirá ofreciendo una educación de calidad teniendo como centro a los estudiantes…”

 

Dando comienzo al acto protocolar hizo uso de la palabra la Maestra Directora, Sandra Cuello, quien destacó la trayectoria educativa del centro y el papel fundamental de docentes, directores, funcionarios, familias y comunidad en su crecimiento.

“Este año nos reúne una fecha muy especial: los 50 aniversarios de nuestra querida escuela N° 223. Medio siglo ha pasado desde que abrió sus puertas, sembrando conocimientos, valores y sueños en generaciones de estudiantes que hoy con orgullo, la recuerdan como el lugar dónde todo comenzó.

Celebrar los 50 años no es simplemente contar el paso del tiempo. Es reconocer el esfuerzo de docentes, personal no docente, familias, miembros de comisión de fomento y estudiantes que con compromiso y cariño, han construido la historia viva de esta institución.

Nuestra escuela no es solo un edificio. Es un espacio donde cada rincón guarda risas, aprendizajes, desafíos superados y amistades que perduran.

Es un reflejo de la comunidad que la rodea, creciendo junto a ella, adaptándose a los cambios, pero sin perder su esencia: educar con amor, respeto y dedicación.

Hoy homenajeamos el pasado, celebramos el presente y soñamos con un futuro donde la escuela 223 siga siendo un faro de oportunidades, igualdad y esperanza para muchos alumnos. A lo largo de estos años han pasado distintos inspectores, directores, maestros, auxiliares, ex alumnos que trabajaron para que nuestra escuela está inmersa en una sociedad que presenta desafíos y oportunidades; siendo desde entonces un Centro de Referencia para la comunidad educativa que nos rodea…”.

Continuando con su discurso repasó los principales hitos históricos, desde su fundación en 1975 hasta la actualidad, mencionando a los distintos directores y proyectos desarrollados, como iniciativas agrarias, talleres y propuestas inclusivas: “La Escuela Nº 223 ha tenido a lo largo de los 50 años una rica trayectoria marcada por el compromiso de sus directores. Desde sus inicios en junio de 1975 con Olga Pérez, Teresa Vega en 1976 y la inauguración del actual local con Marianela Levrini que estuvo (1982-1985), María del Huerto Javiel a partir de 1986.

Entre 1987-2003 estuvo bajo la dirección de Isabel Cánepa donde se consolidaron logros educativos, sociales y comunitarios: inclusión de la Escuela Nº 201, participación en Clubes de Ciencias, concursos internacionales de arte y Olimpiadas Especiales. También se impulsaron proyectos agrarios como el primer macrotúnel y el invernáculo. En este período también estuvo Sandra Fierro siendo maestra en esta casa por 20 años y ocupando la dirección por suplencia desde abril a julio del 2003.

Entre el año 2004 y el 2009 la escuela estuvo bajo la dirección de Víctor Sabbia, en este período se promovió la propuesta Lúdico–Creativa de Raimundo Dinello, el taller de carpintería y experiencias en el invernáculo. Se recuerda especialmente el taller de carpintería a cargo del Profesor Mario Tomás, tan significativo para los estudiantes.

Elisa Maidana estuvo en el año 2010 en forma interina continuando con los mismos proyectos que se venían trabajando.

Adriana Malaspina gestionó desde 2011 al 2025 en carácter efectivo como directora y quien les habla Sandra Cuello quienes ingresamos juntas a la escuela en una primera instancia yo como maestra y hoy ocupando en carácter de directora interina por el año lectivo remarcamos nuestra labor en conjunto.

En los últimos años, gracias al apoyo de familias, comisión de fomento, Alcaldía, Rotary Club y empresas locales, se concretaron importantes mejoras edilicias: cierre del predio, cambio de techos tras el tornado de 2013, construcción de rampas y accesos, aulas modulares, baños accesibles, mobiliario renovado, equipos de aire acondicionado y medidas de seguridad.

Lo importante es que cada uno de los directores gestionamos desde una misión específica, un compromiso sin igual y sobre todo con la coincidencia de cumplir los objetivos en pos de nuestros alumnos mejorando los aprendizaje y formando ciudadanos activos para apostar a una escuela inclusiva.

Se recuerda con gratitud a docentes, funcionarios y exalumnos que formaron parte de la historia de la escuela. Desempeñándose como docentes recordamos a Patricia Torterolo primer maestra inclusora en el año 1984 y luego como inspectora de zona en Canelones oeste, las maestras Mariela Acosta y Adriana Fernández, Profesores Claudia Domínguez, Ana Luisa Rodríguez, Gerardo Acosta, entre otros.

Funcionarios no docentes como Esther Vera, Antonio Gagleano, José Olivera, Marlene Artigas, Carmen Caytano y otros tantos compañeros.

Como ex alumnos recordamos desde los comienzos de la escuela a José Luis Rodríguez, María Luisa Rodríguez del año 1975, María Cristina Rodríguez y Enrique Bochichio, de (1976); no puedo hacer mención a todos los ex alumnos, pero hoy en día hay muchos presentes que fueron alumnos y actualmente son padres de nuestras generaciones…”.

Además agradeció las colaboraciones de instituciones locales que contribuyeron a mejoras edilicias y equipamiento: “Tampoco queremos olvidarnos de todos aquellos que día a día colaboran para que nuestra institución brinda y cumpla con su accionar.

Destacamos a: Municipio de nuestra ciudad y a la comisión del Festival de la Empanada y el Vino 2025 los cuales realizaron la instalación de las astas para las banderas y el hermoso nombre de nuestra escuela, al Espacio Cultural por las lindas decoraciones en mosaico, a miembros de comisión de fomento, a los padres y asistentes de los alumnos que este año nos han ayudado a embellecer a nuestra escuela debido a los hurtos en vacaciones.

Este año 2025, se recibió la donación por parte del Rotary Club de Progreso de un equipo de aire acondicionado También agradecemos al Supermercado Covadonga, Barraca Matiaude, Río Gas Zanelli, Redpagos Progreso, Centro Cultural de Progreso y a nuestras familias que de una u otra forma han colaborado de diferentes maneras...”.

Para finalizar reafirmó el compromiso de continuar brindando una educación de calidad, inclusiva y centrada en los estudiantes, celebrando con orgullo medio siglo de historia y comunidad: “Como equipo de trabajo y desde esta gestión nos proponemos y trazamos metas a futuro para trabajar con los alumnos brindándoles mejoras en los aprendizajes y condiciones edilicias. Creemos con gran optimismo y entusiasmo que la escuela seguirá ofreciendo una educación de calidad teniendo como centro a los estudiantes; sus intereses, necesidades y formas de aprender.

Como dice Carlos Skliar: La escuela es el espacio de encuentro donde tenemos el deber de enfatizar en la importancia de que ella es un lugar donde se producen encuentros entre personas diferentes, donde se desafían las normas y se promueven las diversidades.

Feliz aniversario querida escuela, que estos 50 años sean el comienzo de muchos más…”, concluyó.

 

“No debemos llenar vacíos sino habitar espacios…”

 

A continuación compartimos las palabras a cargo de la exdirectora, Marianela Levrini, quien recordó momentos de los inicios de la escuela rememorando sus primeros años de trabajo en un contexto difícil para el país.

“El 4 de marzo de 1977, recién especializada, integro el equipo docente de esta querida escuela creada en junio de 1975. Una época muy difícil vivía el país que aún perdura en nuestra memoria sin olvido. Pero la escuela estaba allí, en una casona de blancas paredes ubicada en la entrada de la ciudad, frente al solitario Ibirapitá en aquel entonces de refrescante sombra. Esa casa vestida de escuela albergó a un puñado de alumnos y contuvo y acompañó a sus familias y sobre todo enseñó, siempre enseñó en constante interacción, alumnos, maestros, familia, comunidad. Éramos cinco los docentes: la maestra directora Teresa Vega, las maestras Argelia Prieto, Margot Agarre, María del Huerto Javiel y quien les habla, más una querida compañera, recién llegada también cocinera y casera, Esther Vera. Contaba con varias mesas y unas cuantas sillas siendo atendida con amor, respeto y vocación por docentes y no docentes preocupadas y ocupadas en la atención de aquellos alumnos en situación de discapacidad intelectual. Escuela apoyada y sostenida por una comisión de fomento integrada por hombres y mujeres luchadores con objetivos certeros y fecundos, solidarios, empáticos, activos, impulsores y protectores de nuestra causa. Recuerdo entre tanta entrega solidaria de aquellos años a don Juan Francisco Etcheverry, presidente de comisión de fomento por muchísimos años, Horacio Peña, Nene Pérez, Bebe Pisano, Néstor Santos, Andrés Pérez, César Pisano, Diego Pisano, Juan Carlos Toriño, Pedro Santos, Ulises Moizo que ya no están entre nosotros pero sí en nuestros corazones; también al secretario de la comisión de fomento Olmo Matiaude que hoy no ha podido acompañarnos por su deteriorada salud, a Mario Cipero que colaboraba siempre embelleciendo el predio de la institución, Nilda Pisano, Elsa Arrechea, siempre atentos a nuestras necesidades escolares. Para ellos y para tantas familias que con cariño y dedicación nos acompañaron y apañaron confiando en nuestra labor, va mi eterno agradecimiento y admiración. A pesar de las múltiples dificultades, de tanta opresión, continuamos transitando en pos de nuestros objetivos, de nuestros sueños y el de las familias que integraban en aquel entonces la institución. Año tras año fuimos creciendo en alumnado y con este crecimiento la necesidad de contar con un nuevo local que permitiera atenderlo en calidad potenciando habilidades y destrezas personales sociales creciendo además como institución de educación especial. 

Y ese día llegó allá por el mes de octubre del año 1982 de la mano y el compromiso constante de muchos colaboradores, instituciones de servicio como Rotary Club, Damas Rotarias de aquel entonces, Club de Leones, vecinos, familias, empresas, quinteros, vitivinicultores, granjeros, cristalizando así el sueño de toda la comunidad progreseña: tener un complejo educativo que abrazara las tres áreas, común, inicial y especial y ese día tuve el honor de inaugurar este nuevo local inicialmente una sola galería donde compartimos quehaceres, planificaciones, proyectos, integración, juegos, risas y esperanzas. 

Dora Pumar de González era la directora del Jardín 211 y Estela Álvarez la maestra directora de la Escuela 204 Otto Nieman, amigas queridas con quienes organizamos variadas actividades de integración escolar. Fue largo el camino y a veces silencioso y arduo, sin embargo lleno de instantes mágicos y fructíferos, de agradables momentos disfrutados al máximo de esos que nos inundan el corazón de orgullo dejando huellas, logrando objetivos, cumpliendo metas…”. 

Para terminar resaltó el valor de la educación especial como herramienta de inclusión, autonomía y equidad, reafirmando la esperanza en una sociedad más justa y agradeciendo a todos quienes fueron parte de esta historia: “Quiero destacar la importancia del acto educativo impregnado en la educación especial como la herramienta más perfecta que brinda múltiples oportunidades para que todos logremos una vida más plena, más autónoma, generadora de opciones, de decisiones y gozos en igualdad de derechos y oportunidades. No debemos llenar vacíos sino habitar espacios y es aquí entonces donde gestionar, construir, debatir, incluir y decidir nos brinda la eventualidad de forjar una sociedad igualitaria más empática, más pacífica y sobre todo, más justa. Feliz aniversario vamos por muchos años más…”.

 

“Educar es siempre un acto de amor y esperanza...”

 

Luego habló la Maestra Inspectora de zona, Carol Páez, quien celebró los 50 años de la Escuela Nº 223, destacando el profundo significado de esta trayectoria como reflejo de generaciones de aprendizaje, valores y comunidad.

“Hoy nos convoca una celebración profundamente significativa, los 50 años de vida de esta querida escuela. Medio siglo es mucho más que un número, es la huella de generaciones que han pasado por estas aulas, es la suma de miles de historias, enseñanzas, aprendizajes y sueños que se han construido aquí. Una escuela no son solo paredes ni planes de estudio, una escuela es ante todo un espacio de encuentro humano, de transmisión de valores, de construcción de ciudadanía; esta institución ha sabido a lo largo de 5 décadas mantener vivo ese espíritu, abrir puertas a la esperanza y a la oportunidad…”. 

Además reconoció el trabajo y compromiso de docentes, equipos de dirección, familias y estudiantes, verdaderos protagonistas de esta historia: “Quiero reconocer a quienes con vocación y compromiso hicieron posible este camino: los docentes, que en el desempeño de sus diferentes roles sembraron conocimiento y afecto, los equipos de dirección que sostuvieron proyectos y desafiaron dificultades, las familias que confiaron lo más valioso, sus hijos y por supuesto a los estudiantes, niños, niñas y adolescentes, los verdaderos protagonistas de esta historia. 

Una escuela es más que edificios pero también los incluye y me consta el arduo trabajo que todos los estudiantes docentes y familias han realizado recientemente para mejorar y embellecer este lugar. Se han despejado espacios, decorado paredes, sembrado florales, pintado mobiliario, todos con un mismo objetivo común: generar un lugar más acogedor para todos y cada uno de los que habitamos esta escuela. Este año el proyecto escolar tiene como eje especial el aniversario con todo lo que ello puede implicar; quiero destacar entonces la labor comprometida y entusiasta que han realizado los estudiantes con los diferentes docentes en la guía y acompañamiento: profesor de educación física, los profesores de los talleres de formación académica de jardinería y gastronomía, este último preparando exquisitas elaboraciones culinarias para compartir en este día tan especial; la participación de cada uno es ejemplo de compromiso, de esfuerzo y es la alegría de construir juntos. Celebrar 50 años es también un compromiso con el futuro, es mirar lo recorrido, aprender de lo vivido y proyectar una escuela que siga siendo inclusiva, innovadora y abierta a los cambios de sociedad pero sin perder lo esencial que es la formación integral de todos y cada uno. 

Que esta fiesta sea también un homenaje a la memoria de quienes ya no están pero dejaron su impronta y un impulso para quienes hoy continúan escribiendo nuevas páginas. A toda la comunidad escolar le agradezco por permitirme ser parte; vayan mis felicitaciones por el camino recorrido y el deseo de que sigan transitando unidos con la certeza de que educar es siempre un acto de amor y esperanza…”, finalizó.

 

“Somos herederos de una historia, en las manos de mis colegas está la continuidad y doy por garantizado que va a ser auspiciosa y de muy buen nivel…”

Para finalizar la oratoria, la Consejera Daysi Iglesias, puso en valor el significado histórico de los 50 años de la institución, resaltando que su existencia refleja el compromiso del Uruguay con una educación inclusiva para todos.

“Estar en una institución que cumple 50 años nos habla de algo histórico y lo histórico es la preocupación de un país llamado Uruguay porque todos tengan educación y cuando digo todos digo todos. Uruguay es ejemplo en América Latina por haber comenzado su educación a lo más diverso que ustedes imaginan. Sobre la mitad del siglo pasado se inició educación de niños sordos, educación de niños con problemas visuales, educación de niños con discapacidad intelectual, educación de niños con trastornos motrices y hasta educación para los débiles de salud que eran momentos donde había una enfermedad llamada tuberculosis que costaba curarla y eran los hijos de familias afectadas por esa enfermedad. 

Por tanto somos herederos de una historia que en las manos de mis colegas está la continuidad y que doy por garantizado que va a ser auspiciosa y de muy buen nivel, en las manos de las familias está el apoyo y en las manos de las autoridades están los recursos y los apoyos materiales y humanos necesarios para que en Uruguay nadie quede excluido…”.  

Posteriormente alumnos de Primer a Sexto año bailaron el Pericón Nacional. Asimismo todos los alumnos cantaron la canción “Mi Escuela” de Los Ocho de Momo. 

Por último el Espacio Cultural de Progreso José “Nene” Pérez deleitó a los presentes con su grupo de danza.

 

“Los años que yo pasé acá fueron bellísimos…”

 

Una vez culminado el evento dialogamos brevemente con Isabel Cánepa, exdirectora de la Escuela Especial 223, quien trabajó casi 20 años en dicho centro educativo.

P.al día- ¿Cuánto tiempo estuviste en esta escuela?

Isabel Cánepa- Desde 1982 hasta el año 2003, cinco años de maestra y el resto como directora. 

P.al día- ¿Qué significó para vos todo este pasaje por la Escuela Especial 223? 

Isabel Cánepa- Fue la alegría de mi vida, el cumplimiento de proyectos, el dar la libertad a los niños, colmarlos de felicidad a los niños, a los docentes, a la familia, a la comunidad y eso lo lográbamos a través del trabajo cooperativo entre todos. Los años que yo pasé acá fueron bellísimos. 

P.al día- ¿Qué significa para ti estar presente hoy en estos 50 años?

Isabel Cánepa- Una gran emoción. 

P.al día- ¿Cómo ha sido el vínculo con la comunidad?

Isabel Cánepa- Impresionante, lindos recuerdos de mucha gente que ha apoyado a la escuela. 

P.al día- En tu época se hicieron muchos proyectos…

Isabel Cánepa- Sí, teníamos la construcción del invernáculo que fue a través de un concurso en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, la compra de los palos fueron hechos por Almanza, inclusive teníamos un aula dentro del invernáculo, fue un experimento exquisito. Participamos del Club de Ciencias donde obtuvimos premiaciones a nivel nacional, la participación en las Olimpíadas Especiales, la participación de concursos de arte internacional, las salidas a los teatros, a las colonias de vacaciones.

P.al día- ¿Qué es de la vida Isabel Cánepa hoy? 

Isabel Cánepa- Jubilada ya hace años y como abuela y madre disfruto mi familia. Hace tres años me mudé a La Paloma, Rocha, cerquita del agua pero mi corazón siempre está acá que fue donde me crié, estudié y trabajé. 

P.al día- ¿Por qué esa necesidad de muchas maestras al retirarse de irse cerca del mar? 

Isabel Cánepa- Yo pienso que es para renovarnos porque el mar te ayuda a eso, recargarnos y venir con fuerza y expresar alguna idea o compartir algún trabajo. 

 

Allí la dejamos a Isabel, rodeada de gente que quería saludarla, abrazarla, agradecerle por tantos años dedicada a la Escuela 223 y a toda la comunidad de Progreso.